Cueste lo que cueste, la Nación y los gobiernos bonaerense y porteño salieron a frenar el tránsito entre el conurbano y al Ciudad de Buenos Aires, con operativos gigantescos que causaron enormes congestionamientos de tránsito.

Si bien el endurecimiento de la cuarentena arranca formalmente este miércoles, ya desde el arranque de la semana buscaron dar pistas de que las restricciones irán en serio y que se buscará evitar a toda costa que quienes no son considerados personal esencial, circulen más allá de las zonas donde viven.

La ocupación de camas de terapita intensiva superó el 55% en el conurbano, en buena medida ocupadas por pacientes con Covid-19 que requieren asistencia respiratoria mecánica, mientras que en la Ciudad amaga con superar el 50%.

Si el ritmo de ocupación de camas sigue creciendo a este nivel, hacia la tercera o cuarta semana de julio el sistema sanitario del AMBA podría colapsar, y provocar escenas como las que llegaron en su momento desde Italia, España o Nueva York, que los argentinos quieren evitar a toda costa.

Aunque recién el miércoles entrará en vigencia el requisito de desarrollar una actividad esencial para poder circular, la decisión fue anticipar los controles con los que se pretenderá frenar drásticamente la movilidad hasta el 17 de julio.

Es que para los funcionarios la ventana de 48 horas hábiles previas al inicio de la nueva fase 1 son clave para dar una señal a la gente de que no habrá concesiones.

"El objetivo es que todos sepan que sólo van a poder pasar los que tienen el permiso. Y que aquellos que tienen permiso sepan que van a poder pasar pero después de hacer una larga fila, para que sólo circulen los que no tengan otra opción", dijeron desde el Gobierno nacional.
De los casi 6 millones de permisos otorgados, quedarían poco menos de 700 mil, y se hará un control periódico de los que se solicitan por fuerza mayor.

Se cerrarán 27 de los 93 accesos a la Ciudad, por lo que quienes deban viajar desde el conurbano deberán prepararse para largas colas en los pasos de control.
En la última semana se registró un 55 por ciento de la movilidad de "un día normal" y el objetivo es que hasta el 17 de julio haya 30%, como fue en los inicios de la cuarentena.
La estadística viene reflejando un crecimiento en la cantidad de contagios en el conurbano, que puede terminar en una escalada de proporciones en pocos días, sobre todo donde existen severas condiciones de hacinamiento.

Los intendentes deberán desempeñar un rol clave para tratar de hacer cumplir al máximo las restricciones, creen en el gobierno de Axel Kicillof y acompañan a nivel nacional.
El desafío es enorme y de su resultado positivo dependerá que el sistema sanitario logre resistir lo que se espera será el mayor embate del coronavirus, que se produciría en las semanas que vienen.