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Kicillof: "No voy a contratar a Interpol para estar al lado de cada jeringa"
El gobernador inauguró las sesiones ordinarias en la Legislatura y se refirió al plan de inmunización que ahora contempla a los menores de 60 años
2 de marzo de 2021
"Seguimos luchando hoy contra el coronavirus pero al mismo tiempo estamos poniendo los cimientos para construir la provincia de la pospandemia”, afirmó el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, al inaugurar el 149° período de sesiones ordinarias de la Legislatura de la provincia de Buenos Aires.
En el primer tramo de su discurso, Kicillof le agradeció “al pueblo de la provincia de Buenos Aires por el sacrificio que hizo y sigue haciendo”, a los intendentes de los 135 municipios bonaerenses, al personal esencial, a los trabajadores docentes, a las fuerzas de seguridad y al presidente Alberto Fernández.
“Sigue conduciendo las riendas de un país atacado por una feroz pandemia, golpeado por la crisis económica mundial más grande de la que tenemos memoria. Qué terrible hubiera sido si nos hubiera tocado esto con un presidente o un gobierno que no cree en la importancia de un Estado presente”.
Más adelante, el jefe provincial se refirió al plan de vacunación de Buenos Aires. “Si bien es un año electoral, la campaña con la que estamos obsesionados es la de vacunación”.
Luego habló sobre el vacunatorio Vip y las posibles irregularidades con las aplicaciones y adelantó que se podrá denunciar a través de la página de la provincia algún tipo de “acomodo”.
Al mismo tiempo, Kicillof dijo que, si bien la idea es controlar que quienes se apliquen la vacuna sean las personas que siguen en la lista establecida por la Provincia (menores de 60 pero con dificultades de salud “va a ser muy difícil, advierto, ver si alguno de ellos no tiene un certificado genuino”.
Y lanzó: “No pienso contratar a la Interpol para que esté al lado de cada jeringa. Habrá una declaración jurada, lo miraremos con detalle, pero tenemos que vacunar a la provincia de Buenos Aires”.
El gobernador repasó la situación de la provincia y celebró que el sistema sanitario no haya explotado durante el primer año de la pandemia.
“El sistema de salud estaba diezmado, con una alta concentración de población, un déficit habitacional estructural, una crisis social y económica heredada”, enumeró para graficar lo que llamó “un cóctel explosivo”.
rob
En el primer tramo de su discurso, Kicillof le agradeció “al pueblo de la provincia de Buenos Aires por el sacrificio que hizo y sigue haciendo”, a los intendentes de los 135 municipios bonaerenses, al personal esencial, a los trabajadores docentes, a las fuerzas de seguridad y al presidente Alberto Fernández.
“Sigue conduciendo las riendas de un país atacado por una feroz pandemia, golpeado por la crisis económica mundial más grande de la que tenemos memoria. Qué terrible hubiera sido si nos hubiera tocado esto con un presidente o un gobierno que no cree en la importancia de un Estado presente”.
Más adelante, el jefe provincial se refirió al plan de vacunación de Buenos Aires. “Si bien es un año electoral, la campaña con la que estamos obsesionados es la de vacunación”.
Luego habló sobre el vacunatorio Vip y las posibles irregularidades con las aplicaciones y adelantó que se podrá denunciar a través de la página de la provincia algún tipo de “acomodo”.
Al mismo tiempo, Kicillof dijo que, si bien la idea es controlar que quienes se apliquen la vacuna sean las personas que siguen en la lista establecida por la Provincia (menores de 60 pero con dificultades de salud “va a ser muy difícil, advierto, ver si alguno de ellos no tiene un certificado genuino”.
Y lanzó: “No pienso contratar a la Interpol para que esté al lado de cada jeringa. Habrá una declaración jurada, lo miraremos con detalle, pero tenemos que vacunar a la provincia de Buenos Aires”.
El gobernador repasó la situación de la provincia y celebró que el sistema sanitario no haya explotado durante el primer año de la pandemia.
“El sistema de salud estaba diezmado, con una alta concentración de población, un déficit habitacional estructural, una crisis social y económica heredada”, enumeró para graficar lo que llamó “un cóctel explosivo”.
rob