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La vacuna Sinovac tiene baja eficacia: ¿aumentan el número de dosis?
Es una de las alternativas que se barajan. También se estudia la posibilidad de mezclar vacunas diferentes. En la Argentina se aplica la otra variante china de inmunización: Sinopharm
1 de junio de 2021
La autorización de emergencia de la OMS para la vacuna china Sinovac -la otra variante del gigante asiático es la Sinopharm, que se aplica en la argentina- desató nuevamente el interrogante sobre la capacidad de inmunizar frente a enfermedades graves de Covid-19 que tiene.
La eficacia de la Sinovac, al igual que la Sinopharm, es por ahora relativamente baja: (sobre 50-55% la de Sinovac, que también se está usando en Chile).

El laboratorio Sinopharm sostiene que sus dos vacunas inactivadas tienen tasas de eficacia del 79% y 72,5% respectivamente. Frente a estos datos, Gao Fu, el jefe del Centro Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades, ha señalado que las autoridades sanitarias están buscando formas de superar las tasas de eficacia relativamente bajas a través de varias estrategias, como mezclar distintas vacunas entre sí o pasar de inocular dos dosis a inocular tres.

Por el momento, China ha dado la aprobación para el uso de emergencia a cuatro vacunas para la COVID-19: dos desarrolladas por la farmacéutica Sinopharm (ambas de virus inactivado), una por Sinovac (virus inactivado) y otra por CanSino (vector viral no replicante).
No obstante, empiezan a oírse voces discordantes con el discurso oficial.

Una de las primeras autoridades chinas que ha expuesto el problema de la baja eficacia de estas vacunas ha sido Tao Lina, un experto en vacunas de Shanghái​.

Tanto las de Sinopharm como la de Sinovac usan material inactivado de virus para estimular el sistema inmunológico, que son menos efectivas que las vacunas de ARN mensajero (Pfizer, BioNTech y Moderna, que han demostrado prevenir aproximadamente el 94 por ciento de las infecciones).
Admitida la derrota ante las estadísticas, y en aras de aumentar la eficacia de estas vacunas, investigadores chinos están barajando varias opciones, como ajustar la dosis, reducir el intervalo entre dosis o aumentar el número de dosis.

Otra alternativa que se está teniendo en cuenta consistiría en mezclar vacunas que utilizan diferentes tecnologías. Paralelamente, también se está intensificando la investigación sobre vacunas que pueden contrarrestar nuevas variantes de la enfermedad para las que las vacunas chinas sean muy poco eficaces.

Para la opción de mezclar vacunas (por ejemplo usando una diferente en la segunda dosis de la empleada en la primera), China tiene sus reservas, y algunas de sus autoridades médicas señalan que hay riesgos que deben tenerse en cuenta. Hay estudios que avalan esta posibilidad, en efecto, pero las investigaciones en animales no son extrapolables en la mayoría de los casos.
Además, los expertos en salud generalmente están de acuerdo en que la combinación de diferentes vacunas debería ser una práctica segura, y ya se están llevando a cabo ensayos clínicos en Gran Bretaña y otros países para verificar si esta estrategia aportaría una mejor protección contra la COVID-19.

Las opciones, por el momento, no son otras teniendo en cuenta que los datos de eficacia de las vacunas chinas son relativamente muy bajos. Hasta el momento, sus vacunas habían tenido una tasa de eficacia del 50,4% en ensayos en Brasil y del 83,5% en ensayos separados en Turquía. En el mundo real, los hallazgos preliminares de un estudio a gran escala en Brasil mostraron que tenía una efectividad de alrededor del 50 por ciento en Manaos, una ciudad en la región amazónica donde tres cuartas partes de los casos nuevos fueron causados por la variante P1 altamente transmisible. También se han sugerido resultados similares en Chile.

La variante de Manaos, que llegó a la Argentina junto con la del Reino Unido, tiene una mayor agresividad y provocó miles de hospitalizaciones y muertes.

En comparación, la vacuna de Oxford / AstraZeneca tiene una tasa de eficacia del 76 por ciento, inferiores a las de Pfizer. En tanto, la vacuna de una dosis de Johnson y Johnson tiene una tasa de eficacia del 66,3 por ciento.