Tony Janzen Valverde Victoriano fue detenido en la noche del martes acusado de haber ordenado el triple femicidio narco de Brenda, Morena y Lara
Tony Janzen Valverde Victoriano, alias “Pequeño J”, era buscado intensamente desde hace una semana acusado de ser quien ordenó el triple femicidio narco de Brenda, Morena y Lara, las tres chicas halladas descuartizadas en una casa de Florencio Varela.
En la noche del martes, finalmente fue detenido en Perú.
Y una de las claves para dar con él fue ni más ni menos que el testimonio de su novia, que lo delató.
Así lo contó el ministro de Seguridad bonaerense, Javier Alonso, quien dio detalles de cómo fue el procedimiento para dar con el sospechoso y subrayó que todo comenzó con una pista que llevó a las autoridades al búnker de Pequeño J en el Gran Buenos Aires.
El funcionario precisó que las tareas comenzaron el jueves pasado, cuando los investigadores llegaron a esa casa que él alquilaba. Estaba ubicado en un complejo de una de sus novias, una de las tantas que tenía.
“Llegamos tres horas después que él se fuera del lugar. Casi lo agarramos en ese momento. Ahí encontramos mucha información y lo estuvimos esperando. No lo hicimos público porque había chances que él volviera a ese lugar”, dijo Alonso en diálogo con TN.
En ese domicilio, donde se encontraron documentos, una pistola, balas y ropa presuntamente de Pequeño J, la pareja del narco de 20 años habló con las autoridades y aportó datos clave para dar con él. Entre ellos, su celular.
“Obtuvimos el teléfono que estaba usando y lo pusimos en escucha directa. Así empezamos a tener, fundamentalmente, su ubicación a través de las antenas y tomamos conocimiento que él estaba emprendiendo su salida al país, íbamos siguiendo la ruta”, remarcó.
En el marco de estas tareas, la fuerza bonaerense también logró dar con el celular de
Matías Ozorio, su mano derecha, que también tenía pedido de captura internacional y fue detenido en las últimas horas.
Tras detectar que ambos estaban cerca de la frontera, la fuerza bonaerense le dio los números a la policía antidrogas de Perú para que continuaran el seguimiento.
Así, los agentes lograron escuchar que Ozorio se estaba comunicando con Pequeño J para coordinar un encuentro. Ambos sabían que estaban siendo intensamente buscados por el triple femicidio.
“Ellos (la policía de Perú) empezaron a rastrearlos allá. A su vez, como nosotros estábamos escuchando lo que ellos hablaban, identificamos su punto de encuentro. Fue el lugar donde detienen a Ozorio”, continuó Javier Alonso.
Eso facilitó la tarea de los agentes peruanos para encontrar a Pequeño J, que seguía en comunicación con su mano derecha para encontrarse con él sin saber que ya estaba detenido.
Fue entonces que la policía le tendió una trampa: siguieron hablando con el narco de 20 años simulando ser Ozorio para concretar el encuentro y así lograron ubicarlo y detenerlo.
En este sentido, el ministro de Seguridad bonaerense agregó que además de la novia de Pequeño J, también fue fundamental el testimonio de varias otras personas que colaboraron con las autoridades porque el crimen fue “tan violento que el resto de las organizaciones que lo conocían decidieron entregarlo”.