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Messi y la bendición de ser contemporáneos suyo
El prodigio rosarino que debió emigrar a España para desarrollar su carrera y darle al fútbol argentino gloria y alegrías, está casi despidiéndose de la celeste y blanca. Agradezcamos poder disfrutar su era
5 de septiembre de 2025
Por Adrián Taccone, para Asteriscos.tv
El fútbol todo, pero en especial el argentino y por encima de ello sus hinchas, deben estar agradecidos de haber sido contemporáneos del arte y la calidad de Lionel Andrés Messi, el pibe rosarino -ya por los 38 años- que deslumbró en cada lugar del planeta en que dejó su huella y llegó de alegría a quienes aman la celeste y blanca.
Gloria, reconocimiento, idolatría y un sinfin de calificativos y adjetivos rimbombantes cosechó Messi en su carrera, luego que las críticas más despiadadas e incluso viles habían caído sobre su humanidad, por el solo hecho de no poder darle a la gente las alegrías que ellos le exigían, sin saber que él era el primero en querer lograrlas.
Nuestros mayores y antepasados nos contaron la historia del fútbol argentino con nombres rutilantes como los de Alfredo Di Stéfano, Amadeo Carrizo, Adolfo Pedernera, José Sanfilippo, Angel Clemente Rojas, y tantos otros, pero sin embargo la Copa del Mundo la levantaron los Mario Kempes, Daniel Passarella o Ubaldo Fillol.
En el medio apareció una figura eclipzante y tal vez la más brillante que fue Diego Armando Maradona, y tras los logros del "Diego", llegaron años de oscuridad y sinsabores, como si una maldición se hubiera cargado decenas de años del fútbol tan querido.
Debió llegar un pibe que deslumbró a muchos, pero que en Argentina nadie le tendió una mano para poder afrontar un tratamiento que necesitaba en momentos de crecimiento y su talento recaló en España, en Barcelona, desde donde conquistó el mundo.
En Argentina no "era el mismo", "no juega igual", "no tiene ganas", se decía como crítica feroz y casi sin fundamentos. Siguiò intentando. Se quedó tres veces a la puerta de la gloria -dos Copas Américas y un Mundial- todo entre 2014, 2015 y 2016, y dijo "basta" y se fue a su casa.
El clamor popular lo hizo volver, intentó algunas hazañas pero Rusia 2018 le dio otro bofetazo.
La resiliencia y la perseverancia de quien quiera algo hasta terminar de lograrlo le brindó lo que tanto ansiaba. No solo títulos, gloria y más balones de oro -conquistó ocho en total-, sino que además de batir récords de toda índole, el hincha argentino lo cobijó como un líder, el "Messías", el tipo que les dio una alegría tanto tiempo postergada.
Goles de todas las facturas. Imágenes que se multiplican en el recuerdo y siempre la zurda con el "10" en la espalda fue la bandera que todos enarbolaron.
Ahora que el tiempo parece consumirse y que Messi ya está en la última milla del recorrido con la Selección argentina, no detiene su marcha y sus ganas de lucir la camiseta nacional.
Desde este lado queda agradecerle a él por no bajar los brazos y a la vida por dejarnos poder ser contemporáneos suyos. La historia ya está escrita.