Como si no fueran suficientes las confusiones acerca de los Fernández -Aníbal y Alberto- que llevaron a englobar a los funcionarios bajo una común denominación más propia de un dueto artístico que de una representación política, si Cristina triunfa en las elecciones presidenciales de octubre, es muy probable que el problema se duplique.

Sucede que estará en la presidencia Cristina (que es Fernández) y se sumaría al gabinete Nicolás que también es Fernández, un senador santacruceño nacido en Puerto Deseado que tiene una estrecha relación política con la candidata.

Y claro, según el libreto preelectoral que se lea, se les asigna continuidad a Alberto y Aníbal. El cuadro sería el siguiente.

Fernández, Cristina: Presidenta de la Nación.

Fernández, Nicolás: secretario general si se va Oscar Parrilli. Ministro del Interior, como otra opción.

Fernández, Aníbal: Casi ninguna fuente le asigna continuidad en el Ministerio del Interior, pero le ponen algunas fichas a su desembarco en Trabajo. Carlos Tomada se irá con funciones de diputado nacional.

Fernández, Alberto: puede quedarse como jefe de Gabinete. Si es reemplazado por el actual secretario Legal y Técnico, Carlos Zaninni, podría ir a la Cancillería, o al Ministerio del Interior, pero con funciones reforzadas para abrir el diálogo con las provincias.

Con dos era un problema, con cuatro ... a buscar un diccionario de sinónimos políticos.