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Princesa de Asturias para los creadores de la vacuna de Pfizer
Son dos científicos turcos que desarrollaron la vacuna en Alemania. “Hemos hecho posible lo imposible", señalaron los médicos al recibir el premio
22 de octubre de 2021
Los doctores Ugur Sahin y Özlem Türeci, el matrimonio de científicos turcos que desarrolló en Alemania la primera vacuna en ser autorizada e inyectada hace diez meses en Europa para combatir la covid-19,recibieron este viernes el Premio Princesa de Asturias.

"Ahora nos damos cuenta de que era casi imposible, pero hemos hecho posible lo imposible", ha señalado Sahin, que junto a su esposa fundó en 2008 en Alemania BioNTech, empresa con la que consiguieron desarrollar su vacuna, comercializada junto al gigante farmacéutico norteamericano Pfizer, y con la que están desarrollando también terapias basadas en el ARN mensajero para el tratamiento de tumores.

Ambos se encuentran en Oviedo, en el norte de España, donde recibieron junto a otros cinco científicos que propiciaron en un tiempo récord el desarrollo de las primeras vacunas para hacer frente a una pandemia mundial el Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica, distinción que reciben de manos del rey Felipe VI durante una ceremonia en el Teatro Campoamor, en Oviedo.

En el escenario de entrega de premios figuraron la vacunóloga Sarah Gilbert, los biólogos Derric Rossi y Katalin Karikó, el inmunólogo Drew Weissman, el bioquímico Philip Felgner; todos impulsores de las vacunas comercializadas por Pfizer, Moderna y AstraZeneca, que fueron las primeras en ver la luz y las que más se han inoculado.

La vacuna desarrollada por Sahin (1965) y Türeci (1967), comercializada con el nombre de Comirnaty por Pfizer/BioNTech, es la que más ha sido usada en España y el resto de la Unión Europea y, al igual que la de Moderna, está basada en el ARN mensajero ya que provoca la respuesta inmunitaria a partir de una proteína modificada, en vez de basarse en virus atenuados, como hacen las tradicionales.

Más de treinta años de investigaciones culminaron con el desarrollo de una vacuna "que no cayó del vacío", ha asegurado Türeci en una rueda de prensa telemática en la que su marido ha subrayado que el desarrollo de este inyectable "se hizo sin atajos".