Por José Calero

Mientras el gobernador bonaerense Axel Kicillof mantiene un llamativo silencio sobre el escándalo político del año, la detención in fraganti de un puntero peronista sacando plata con 48 tarjetas de débito de la Red Link cuyos titulares tienen contratos estratosféricos en la Legislatura provincial, y son ñoquis, la comidilla del ámbito político es que Máximo Kirchner tampoco se haya pronunciado. Ya pasaron 17 días desde que se destapó la ola en el estridente caso protagonizado por Julio "Chocolate" Rigau, quien fue liberado en trámite express por dos jueces de la Cámara de Apelaciones platense.

Es una situación extraña la de Kicillof, ya que hasta sus rivales le reconocen no haber protagonizado hechos de corrupción detectables a lo largo de su trayectoria.
Ahora que sería una buena oportunidad de limpiar la basura evidente salida debajo de la alfombra, la máximo autoridad provincial hace un silencio atroz.
Es que el escándalo salpica a dirigentes claves de Unión por la Patria y de la Cámara de Diputados bonaerense.
Por ahora no se ha detectado vínculo directo de Kicillof con "Chocolate" Rigau.
La terminal de poder político más próxima a "Chocolate" es el concejal platense Facundo Albini, tercer candidato en la lista que lidera el ministro de Justicia bonaerense, Julio Alak, quien le compite a Julio Garro la Intendencia platense. Pero desde el Ejecutivo bonaerense, Alak fue quien envió el pliego de Juan Benavides, uno de los magistrados de la Cámara de Apelaciones de La Plata que, en el cuestionado fallo, liberó a Rigau y anuló el procedimiento en el que se lo detuvo con $1.257.000 en efectivo dentro de una bolsa. La "Bolsa de la corrupción".

Kicillof hizo trascender que existe "intencionalidad política" en torno al caso, lo cual puede ser posible, pero no resta que tiene la responsabilidad política de salir a pronunciarse sobre el caso y pedir que se lo investigue a fondo.
Si bien por el caso se apunta por su rol de titular de la Cámara de Diputados provincial a Federico Otermín, hombre de confianza del jefe de Gabinete bonaerense, Martín Insaurralde, hay temores en la política por cómo pueda escalar. Otermín se postula a intendente de Lomas de Zamora, de la mano de Insaurralde. El estrecho vínculo de Insaurralde con el líder de La Cámpora, Máximo Kirchner, y la interna que éste protagoniza con el gobernador Kicillof aportan más volumen político a este escándalo.

Por ahora sólo hay una defensa corporativa de la dirigencia.