Tomás Etcheverry (32°) volvió a demostrar contundencia y barrió a otro histórico del Abierto de Australia.

Esta vez, el platense se impuso por 6-4, 6-4 y 6-4 al francés Gael Monfils para avanzar a la tercera ronda del certamen. En su debut había derrotado al británico Andy Murray, ex número uno del mundo, y ahora irá contra Novak Djokovic que transpiró más de la cuenta para superar al australiano Alexei Popyrin.

Con un tenis contundente y con el apoyo del público con el que terminó saltando y cantando, Tomy no dejó dudas y se convirtió en el segundo argentino en meterse en la tercera ronda del certamen.

Una de las claves del encuentro fue el temple mostrado por Etcheverry en los momentos decisivos de cada set, salvando cuatro de las cinco pelotas de 'break' que concedió a Monfils, de 37 años, a quien le quebró su servicio en cuatro ocasiones.

"Estaba muy contenido, tuve mucha hinchada argentina pero también en contra. Fue difícil porque los games de mi saque fueron muy complicados en el tercer set. Tuve todos los breaks en contra, 40 iguales, trataba de abstraerme del público pero es una cancha muy ruidosa", analizó Tomy tras el partido, con la efervecencia del triunfo en sus palabras.

"Es una cancha ruidosa pero si ganás es divina", coincidió Etcheverry luego en su mano a mano con ESPN.

Y agregó: "Es una sensación única. Fue un gran partido, como el de Murray, este fue más duro porque no le pude hacer tantos saques ganadores".