Los pedidos de la detenida son incesantes. Ahora, la expresidente Cristina Kirchner, presa por corrupción y con tobillera electrónica, quiere que cualquiera pueda ingresar a su departamento, sin restricciones. Los vecinos del edificio, cada vez más preocupados.

Jugando al fleje, y con el riesgo de que la terminen enviando al penal de Ezeiza, aún no presentó el listado sobre quiénes pueden visitarla.

La Justicia buscaría evitar que el departamento donde está detenida sea un "desfiladero de gente”.

Soberbia hasta el fin, la expresidente se opuso a entregar el listado y exigió que la visiten todas las personas que ella quiera, y en el momento que lo desee, sin autorización del Tribunal.

El lunes, el juez Jorge Gorini analizará el nuevo pedido de la ex presidenta y tiene cinco días hábiles para responderle. Pero, además, fuentes judiciales explicaron que esta presentación no suspende ningún plazo. El lunes tiene que aparecer el listado o se quedará sin visitantes.

En paralelo, la expresidente ya es monitoreada a través de una tobillera.

Ese control no determina en qué sector de su departamento está, sino que no viole el radio impuesto que rige en el otorgamiento del beneficio de la morigeración de la pena.

Pese a que en dos ocasiones se le explicó a Cristina Kirchner que la conducta que debe mantener es “abstenerse de adoptar comportamientos que puedan perturbar la tranquilidad del vecindario y/o alterar la convivencia pacífica de sus habitantes”-, el jueves Mayra Mendoza -intendente de Quilmes y dirigente de La Cámpora-, convocó a que vayan a las inmediaciones de San José 1111 porque “saldrá al balcón en cualquier momento”. Después, convocó a un banderazo para este viernes. Y seguramente podría más actividades en forma inminente.