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8 de noviembre de 2025
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Silvio Rodríguez con su magia intacta en una fiesta poética
En un Movistar Arena repleto, el trovador cubano dio su segundo concierto en Buenos Aires. Cantó clásicos y temas nuevos ante un público fiel
13 de octubre de 2025
Por Roberto Blanco Macor, de Asteriscos.Tv

Nadie faltó a la cita, fue un encuentro que reunió familias y amigos, y donde la nostalgia, y la poesía viva de un artista que no pierde su vigencia a sus 78 años, se nutrió de la emoción y la complicidad de su público.

El cubano Silvio Rodríguez regresó a la Argentina tras 7 años (su última visita había sido en 2018), y colmó el estadio de Villa Crespo dos noches seguidas, y ya tiene una nueva agendada para el 21 de octubre, con entradas agotadas.

Su magia sigue intacta, y poco importó su voz quebrada por un estado gripal: "Estoy catarreado", se excusó en la primera función de este sábado, y "hoy estoy peor que ayer", se lamentó en el concierto del domingo, que presenció Asteriscos.Tv.

Pero no estaba solo en su patriada de dar lo mejor de sí, en más dos horas de música.

Su público, cómplice, lo acompañó, lo mimó con sus coros y le devolvió amor y ovaciones ante tantas ganas de cantarle a sus seguidores.

Desde la apertura, con Ala de colibrí, hasta el cierre, con Rabo de Nube, Silvio hizo un recorrido donde unió himnos como Pequeña serenata diurna, Tonada del albedrío, Quién fuera y El necio, junto con piezas nuevas y homenajes.

Su poesía descomunal sigue intacta, y pocos pueden discutirle su lugar de privilegio entre los mejores poetas cantautores latinoamericanos de los últimos 40 años.



Con su bandera intacta, su canto dejó en claro su posición indestructible. “Ningún intelectual debe ser asalariado del pensamiento oficial”, bramó en Tonada del albedrío, y la gente el estadio -entre los cuales algunos intentaron llevar, sin mucha suerte, el recital a la arena de la tensa situación política en la Argentina- explotó en una ovación.

No dejó de lado el homenaje a varios de sus colegas, que son parte de esa Trova que conquistó a millones de seguidores, desde aquellos albores de la recuperación de libertades en los '80, luego de tanto años de oscuridades en estas partes del mundo.

Muy emotivo fue también el momento del recuerdo al expresidente uruguayo "Pepe" Mujica, a quién mostró su admiración, donde le destacó su mirada de esperanza en la vida que sigue.

“Virgen de Occidente”, “Viene la cosa” y “La bondad y su reverso”, precedieron a “Pequeña serena diurna”, una canción que todos cantaron con fuerza, que hizo brotar las primeras lágrimas y desató ovaciones: “Soy feliz, soy un hombre feliz, y quiero que me perdonen por este día los muertos de mi felicidad”, repitió.

Otro gran momento fue “Eva”, canción bandera del feminismo, que también fue aplaudida, sobre todo en la reconocida frase “Eva deja de ser costilla”.



Silvio leyó después, enfundado en una kufiya, el poema “Halt!” de Luis Rogelio Nogueras -a quien definió como "el poeta latinoamericano más importante"-, escrito en Cracovia en 1979, y fue otro momento intenso, cuando se enlazó con la actualidad: el recuerdo del horror de los judíos en la segunda guerra mundial, y más acá, la lucha y el padecimiento del pueblo palestino.

El clima político fue inevitable y más aún luego de que el viernes último, en la antesala de sus conciertos, Silvio visitó en su prisión domiciliaria de San José 1111 a la expresidenta Cristina Kirchner. Incluso, algunos, muy pocos a decir verdad, quisieron sin suerte instalar algún que otro canto a favor de la exmandataria condenada a seis años de prisión por corrupción cuando concluyó el recital, pero no había ánimos para reinvindar presidiarios.

El tour de Silvio -que comenzó en Chile y continuará por Uruguay, Perú y Colombia- tiene todavía una parada más porteña, el martes 21 de octubre.

Cabe destacar, además, la sólida banda que acompaña al cubano, con arreglos donde se lucen varios de sus integrantes y, que en estos días complicado para su voz, fueron un colchón de calidad que permitió seguir disfrutando de su poesía y su música.

Hubo un primer final con "Ojalá", que no pudo cantar la primera noche, que el domingo cerró la parte formal del recital.

Sus regresos para bises al escenario fueron tres, una con su banda y luego meramente acústico para regalar uan versión única de "El Unicornio Azul".

Quedó espacio a un cierre más íntimo, que dejó a todos los presentes conmovidos con “Historia de la silla” y “Rabo de nubes”, un canto genuino de esperanza.

Afuera poco importó la noche fría y la llovizna intensa. La gente quería cantar y cantó. Necesitó reverdecer sus ideales y no calló.

Y las decenas de familias que decidieron compartir esta fiesta se fueron cantando, porque Silvio lo volvió a hacer.

Poesía, compromiso y emoción, eso quedó flotando en el aire de Villa Crespo, y miles dijeron: gracias, maestro
VIDEO- SILVIO RODRIGUEZ