El represor Emilio Eduardo Massera, de 83 años, presenta "facultades mentales que no encuadran dentro de la normalidad psicojurídica" y un "trastorno psico orgánico que trae aparejado un deterioro cognitivo global".

Una junta médica ordenada por la jueza federal María Servini de Cubría, en una causa por la apropiación de una menor, concluyó que el ex jefe de la Armada de la última dictadura presenta un cuadro "crónico, irreversible y potencialmente evolutivo".

Ese diagnóstico fue suscripto por los médicos forenses Juan Carlos Romi, Celminia Guzmán y Daniel Héctor Silva y por los profesores del Departamento de Salud Mental de la Universidad de Buenos Aires Juan Carlos Stagnaro, Lía Rincón y Rodolfo Fahrer.

El estado de salud mental de Massera es "potencialmente evolutivo pudiendo presentar oscilaciones temporales en su sintomatología que no invalida su carácter ni le resta entidad mórbida", sostiene una de las conclusiones del estudio.

Los expertos afirmaron que "la patología que presenta el imputado afecta su capacidad volitiva y de comprensión, es decir limita ostensiblemente su autonomía psíquica" y en razón de la "afectación de su autonomía psíquica no se encuentra en la actualidad de estar sometido a proceso".

Según señala un cable de la agencia Télam Massera "no se encuadra dentro de la normalidad psicojurídica" coincidió, por su parte, la psicóloga forense Elena Foschini quien también sostuvo que el ex dictador "no se encuentra en condiciones de afrontar el proceso".