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Fondo buitre Elliott busca complicar el canje de la deuda
Presentó un pedido para saber si la Argentina tiene en EE.UU. dinero por esta oferta para confiscarlo
27 de octubre de 2009
El fondo buitre NML-Elliott hizo su primera apuesta fuerte para tratar de entorpecer el canje de deuda para los bonistas en default, con una presentación judicial en Nueva York en contra de los tres bancos que lideran la negociación anunciada por el Gobierno.

Según la moción, a la que accedió LA NACION, Elliott consideró que los bancos Citi, Barclays y Deutsche deben presentar todos los elementos ante la Justicia para precisar por dónde pasará el dinero de la transacción, para poder confiscarlo.

Elliott, que entabló una demanda por la que pide US$ 1500 millones a la Argentina en bonos en default, consideró que, dada la oferta que preparan los bancos en nombre del Gobierno, "es posible que propiedad de la Argentina pueda ser presentada en este país EE.UU. o en otros donde NML pueda tomar la plata que la Argentina le debe".

Según los tres escritos similares que se presentaron para pedir información a las entidades que firmaron un acuerdo con el Gobierno, en el caso de que se avance en esta negociación, esos activos de la Argentina "deberían estar sujetos a ser tomados por NML".

Tras mencionar que tanto Barclays como Deutsche son bancos que tienen operaciones fuertes en Estados Unidos, los representantes de este fondo que compró deuda argentina a muy bajo valor recordaron ante la justicia de EE.UU. los pasos que dieron para tratar de recuperar sus fondos. Por esta razón, expresaron que la información referida a la ubicación de los recursos involucrados en el eventual canje "es relevante para reforzar el esfuerzo de NML" para cobrar.

El escrito, presentado días atrás por los abogados Kevin Reed y William Mack, representa un potencial obstáculo para que los bancos puedan recibir en EE.UU. los bonos en default de los acreedores de la Argentina o que el Gobierno cancele sus obligaciones pendientes en ese país.

Allí se piden todos los documentos referidos a la oferta de canje, a una posible "cláusula de salida", a los términos del mandato otorgado por el Gobierno a los bancos, a la compensación que se ofrecerá a los acreedores, a la identidad de los funcionarios argentinos que negocien la operación y a cualquier contacto con la comisión de valores de EE.UU. (SEC) y con inversores que siguen en default.

A principios de este año, el manager de NML, Jay Newman, estuvo en Buenos Aires reunido con representantes del Gobierno para acordar una estrategia por la cual se negocie primero con el resto de los bonistas -por medio de abogados que llevan adelante acciones de clase, más que con los bancos- y luego ellos queden "cara a cara" con la Argentina.

NML desarrolló varias acciones judiciales junto con el fondo del multimillonario Kenneth Dart, que tuvo que huir y renunciar a la ciudadanía estadounidense por juicios de evasión de impuestos y adquirió la de Belice.

Entre los fondos buitre está también Aurelius, que dos semanas atrás tuvo un fuerte revés en la corte de apelaciones, que le dio la razón a la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses) por recursos que estaban congelados.

Ese fallo, que dio marcha atrás con una decisión del juez Thomas Griesa, fue considerado un éxito importante en el Ministerio de Economía como precedente de futuros fallos que puedan cerrar el camino de los embargos en EE.UU.

La corte le señaló con severidad a Griesa que los únicos activos embargables son aquellos que tienen un fin comercial en los Estados Unidos.

En esa sintonía, se cree que la reciente presentación de Elliott-NML contra los bancos intenta disuadir a las entidades de "hacer campaña" en favor de la operación anunciada la semana pasada por el ministro Amado Boudou.

Elliott se jactó en más de una oportunidad de tener espaldas como para pelear por varios años contra la Argentina, sobre la base de sus antecedentes como acreedor de Perú, al que le terminó cobrando en soledad toda la deuda que le reclamaba por orden de una corte internacional.

Sin embargo, en diálogo con LA NACION, el ministro Amado Boudou dijo el viernes pasado que "no le importaba" la estrategia de estos grupos hostiles.

Cerca de él advierten que hay dos diferencias clave entre la actual situación de la Argentina y la de Perú de fines de los 90: la Argentina no tiene un programa con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y Elliott tiene un peso específico menor entre los holdouts en relación con el caso del país andino.

Mientras tanto, Elliott apostará a minar todas las vías posibles de un acuerdo amistoso, como lo demostró este año con los embargos de fondos a las embajadas argentinas de Francia y Bélgica, a la espera de otras presas para cazar.