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Barbarie: Francia expuso a soldados a pruebas nucleares
Un informe secreto difundido asegura que durante los 60, en Argelia, cientos de soldados fueron sometidos a la radiactividad para investigar sus efectos
16 de febrero de 2010
La barbarie y el espanto se unieron hoy al conocerse que Francia expuso a cientos de soldados en pruebas nucleares realizadas en Argelia en la década de los 60 para investigar los efectos de la radiactividad, según un informe secreto difundido hoy por el diario "Le Parisien".

Los soldados fueron expuestos deliberadamente a la contaminación radiactiva para investigar la reacción de las tropas durante una guerra nuclear, señala el informe. Muchos de los soldados utilizados como conejillos de Indias enfermaron más tarde de cáncer u otras consecuencias de la radiactividad. Cincuenta años después de las primeras pruebas atómicas en el Sáhara argelino, Francia ha anunciado que este año, por primera vez, pagará una indemnización a las víctimas.

El informe secreto se ocupa del ensayo nuclear subterráneo efectuado en Argelia el 25 de abril de 1961, conocido como "Gerboise verte". Según el documento, las pruebas debían servir para "investigar los efectos fisiológicos y psicológicos del arma nuclear en los seres humanos, para obtener los elementos (informativos) necesarios para la preparación física y la formación moral del combatiente moderno". A tal efecto, algunos soldados fueron llevados después de la detonación a un lugar situado a sólo 275 metros del centro de la explosión.

Los franceses simularon dos maniobras defensivas, así como la reconquista de una posición destruida por una bomba atómica. Unos 300 hombres, sobre todo reclutas apostados en Alemania, fueron movilizados en esas pruebas. Unos 35 minutos después de la explosión, una parte de las tropas avanzó a pie hasta a 700 metros del centro de la detonación. Después los siguieron otros soldados en vehículos. "Esa patrulla estuvo parada a 275 metros del punto cero", afirma el informe.

Tras las pruebas, los militares concluyeron que el comandante "nunca debía entrar en la zona contaminada". También dijo que los soldados parecían "capaces de combatir" y que su moral no se veía muy afectada. Además, recomendó sustituir las máscaras de gas por otras "básicas antipolvo" para mejorar las comunicaciones y la movilidad de las unidades de infantería.

En las pruebas atómicas subterráneas que siguieron se permitió también quitarse las máscaras protectoras en "atmósferas contaminadas" en algunos momentos. En 12 de las 13 pruebas subterráneas, la radioactividad alcanzó el medio ambiente.

Unos 4.800 supervivientes vivos de las pruebas son hoy en día miembros de la asociación de veteranos de Aven. El 35 por ciento sufre cáncer y sólo el diez por ciento están sanos. Según el Ministerio de Defensa, 150.000 civiles y soldados participaron en las 210 pruebas atómicas que se realizaron en el Sáhara y la Polinesia entre 1960 y 1996.