Ex trabajadores de la confitería Richmond tomaron este martes el local para reclamar el pago de indemnizaciones y sueldos atrasados. El reconocido bar porteño cerró sus puertas al público ayer, pese a que días atrás la Legislatura sancionó una ley para declararla sitio histórico. En el lugar está previsto que abra un local de ropa deportiva.

Poco antes de las 13, un grupo de ex empleados ingresaron al local donde hasta hace apenas unos días funcionaba el histórico bar de la calle Florida. Entraron con bombos y con aerosoles, para reclamar que los dueños de la confitería les paguen los días trabajados este mes y los indemnicen por el cierre de su fuente de trabajo.

La Richmond cerró en la madrugada del domingo. Ese día sus dueños sacaron todos los muebles -sillas, mesas, vajilla, etc.- y pintaron de blanco los vidrios del local para que no se pudiera ver que estaba vacío. Los diez empleados del bar se enteraron del cierre en la mañana de ayer, cuando llegaron a trabajar y se encontraron la puerta con candado.

El jueves pasado la Legislatura porteña había sancionado una ley para declarar a la confitería -que ya era uno de los 60 bares notables de la Ciudad- como "sitio histórico". Esa norma protegía al edificio de la calle Florida 468, pero no impedía que cambiara de rubro.