"Soy inocente. Si me condenan, me ahorco", le dijo Adalberto Cuello a su padre, Ramón, cuando lo visitó en la alcaidía de la Penitenciaría de Junín, donde está detenido acusado del asesinato de su ex hijastro Tomás Dameno Santillán, de nueve años, crimen ocurrido la semana pasada en Lincoln.

Después de las palabras de su hijo, Ramón Cuello se retiró de la alcaidía, a pesar de que le quedaban tres horas de visita.

La conversación ocurrió el lunes pasado cuando le llevó una muda de ropa. A esa misma hora comenzaba a caerse la coartada de Cuello cuando su novia, María Inés Márquez, sostenía ante el fiscal Javier Ochoaizpuro que el día de la desaparición y muerte de Tomás no había estado con su novio. "Me juró que es inocente, que él no cometió el crimen", dijo el padre del acusado, en declaraciones al diario La Nación.

Hoy, Márquez volverá a prestar declaración testimonial ante el fiscal Ochoaizpuro. Así lo informó el abogado Marcelo Tuñón, que representa a la novia del acusado. "No tengo ninguna vinculación con esto. Ese día me fui a trabajar y no tuve contacto con él (por Cuello)", dijo Márquez en su primera declaración ante el fiscal.

Cuello está acusado de homicidio agravado por ensañamiento, alevosía e insidia. En su declaración indagatoria, el imputado negó cualquier vinculación con el hecho.

"Tomás era un santo, nadie tenía problemas con él", dijo Cuello, y le contó al fiscal que nunca le pegó, sólo una vez lo agarró de una oreja.