Después de haber sido declarado culpable a comienzos de este mes, esta tarde la Justicia condenó a cuatro años de prisión a Conrad Murray, el médico de Michael Jackson , en la causa por la muerte del cantante.

El doctor Murray, de traje gris, mantuvo un gesto adusto durante la audiencia, incluso cuando el juez Michael Pastor dijo que no cabía otorgarle la libertad condicional y le dio la condena de prisión.

El cardiólogo de 58 años estaba preso desde el 7 de noviembre, cuando un jurado lo declaró culpable de homicidio involuntario por causar la muerte del Rey del Pop, el 25 de junio de 2009. El juicio había comenzado en septiembre pasado, cuando un juez consideró que las pruebas contra Murray avalaban la apertura de un proceso.

Durante el veredicto, en la Corte Superior del condado de Los Ángeles, consideraron al doctor Murray como un médico imprudente, que abandonó a Michael Jackson mientras éste estaba bajo los efectos del poderoso anestésico propofol.

Jackson murió a los 50 años debido a un paro cardíaco. Según los médicos forenses, el detonante fue una dosis demasiado elevada de tranquilizantes y somníferos, entre ellos propofol.

Nacido en la isla caribeña de Granada en 1953, Murray fue criado por su abuela materna y se destacó como estudiante. Posteriormente se radicó en Estados Unidos, donde estudió medicina.

Allí, además, abrió su propia clínica en Las Vegas, en 2000, y en Houston, en 2006. Mientras se consolidó como un médico reconocido, Murray se hizo la fama de hombre seductor, aunque no dejó de lado su faceta altruista: muchos de los pacientes de su consultorio en Houston eran afroamericanos de bajos ingresos.

En el aspecto financiero, Murray tenía deudas de cientos de miles de dólares cuando se convirtió en médico de Jackson por 150.000 dólares mensuales a comienzos de 2009, para acompañarlo antes y durante su gira "This Is It". Había conocido al artista tres años antes en Las Vegas, cuando trató a uno de sus hijos.