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28 de marzo de 2024
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Masacre de La Plata: padre de víctima pide Justicia
Miguel Pereyra, papá de la pequeña Marisol, dio detalles del asesinato y realizó un desesperado pedido de Justicia por el cuádruple crimen
29 de noviembre de 2011
Miguel Pereyra, el padre de Marisol, una de las víctimas del cuádruple crimen en La Plata, contó detalles de la muerte de su hija, que en la madrugada del domingo fue a visitar a una amiga y terminó asesinada junto a otras tres mujeres presuntamente a manos de la ex pareja de una de ellas.

En diálogo con Radio Mitre, el hombre contó que a Marisol la mataron el día en que su hija menor cumplía años. "Tenía dos hijas. La más chica cumplía años ese día. Cuatro años. Le habían preparado una fiestita. Iba a ser una sorpresa. Es terrible. Un dolor muy grande", dijo entre lágrimas.

"Marisol estaba separada de su pareja. Era enfermera y cuidaba a gente enferma. Trabajaba de noche para cuidar a sus hijas. Era una leona", agregó Pereyra.

"Tengo entendido que el remisero la llevó a la casa de esta señora, con la que eran amigas desde hace muchos años pero hacía un tiempo que no se veían. Ella a iba llamando a Bárbara desde el auto, pero no la atendía, así que le dijo al remisero que la espere abajo por si no había nadie", explicó el hombre. Según su relato, al llegar al lugar la mujer tocó el timbre y habría sido Osvaldo Martínez, el supuesto asesino, quien le abrió la puerta y la hizo pasar.

"El hombre la hizo pasar y cinco minutos después salió y le dijo al remisero que se vaya. Le tocó el vidrió y le dejó una mancha de sangre en el auto", sostuvo Pereyra, quien consideró que su hija fue asesinada por haber sido testigo y para favorecer la coartada de Martínez.

"A mi hija la destrozó toda. Es terrible. La degolló y le cortó todo el cuerpo. Una saña total. Y a las otras chicas también. Hablan de crimen pasional. ¿Qué crimen pasional? Es un asesino", dijo el hombre con la voz quebrada.

"No quiero romper, no quiero que rompan nada. Hagamos sentir que necesitamos justicia. En paz, golpeando las manos. no sé. Pero que nos vean, que sepan que somos muchos los que queremos vivir, queremos trabajar. No quiero violencia. Hagamos sentir que somos más, que somos honestos. Esa lacra tiene que desaparecer", concluyó.