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2 de mayo de 2024
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Argentina vive: ganó el dobles y va por la epopeya
Nalbandian y Schwank ganaron en Sevilla el punto de dobles y mantienen con vida al equipo en la final de la Copa. Vencieron a López y Verdasco 6/4, 6/2 y 6/3. Este domingo se define
3 de diciembre de 2011
La fuerza de los sueños puede hacerlo posible, cuando la final de la Copa Davis pareció alejarse, el gran partido contruido este sábado por David Nalbandian y Eduardo Schwank le permitió a la Argentina ganar el punto y clave y achicar la diferencia ante España a 2 a 1, y soñar con la posibilidad de la hazaña de conquistar este domingo la ansiada ensaladera de Plata.

Tras las derrotas del viernes de Juan Mónaco ante Rafael Nadal y la más dolorosa de Juan Martín del Potro ante David Ferrer-, no quedaba otra salida que ganar.

Y ahí, bajo el techo del estadio de La Cartuja sevillana, la dupla formada por David Nalbandian y Eduardo Schwank salió adelante ante Feliciano López y Fernando Verdasco: le dio en sets corridos el primer punto de la serie final al equipo de Tito Vázquez y permitió que la historia tenga que definirse este domingo.

La dificultad de lo que se viene, aunque enorme, no anula la esperanza de dar el gran golpe.

La dupla argentina se mostró en gran nivel. Fue creciendo game a game y terminó cerrando el partido con un 6-3, 6-2 y 6-3 en dos horas de juego ante un rival que nunca le encontró la vuelta al partido.

En la previa era el partido más accesible y la realidad demostró que no había error en esos cálculos. Nalbandian alimentó récord en dobles de Copa Davis a 12 ganados y 5 perdidos, mientras que Schwank sumó cuatro sobre cinco disputados.

La serie quedó entonces 2-1 a favor de los locales y mañana, desde las 9 de Buenos Aires, el gran compromiso lo tendrá Del Potro ante Nadal, el mejor de los mejores sobre el polvo de ladrillo. El desafío es tan grande que hasta parece inútil hablar de la eventual estrategia y de los protagonistas para un eventual quinto punto.

En el primer set, la primera ronda de saques mostró a dos equipos sólidos y midiéndose, como es habitual en el arranque de un dobles.


Con el aliento de los miles de hinchas argentinos de fondo y el "Argentina vamos, pongan huevos, que ganamos", el partido se fue armando de a poco. Un mal juego de saque de servicio de López (sacando 2-2) dejó a España con triple punto de quiebre en contra.

La red ayudó al rubio de Toledo a salvar el primero, pero Nalbandian no perdonó voleando adelante y pegó el primer grito grande de la tarde. Schwank no tuvo problemas para confirmar y el tablero marcó entonces el 4-2. Fue el propio santafesino, hombre clave de este parcial, el encargado de poner el 6-3 en 39 minutos.

En el arranque del segundo, otra vez Schwank fue clave para dejar a la dupla argentina con chance de quiebre. Y Verdasco, el encargado de abril la ronda de saque, aportó para la causa con un drive de derecha que se fue mucho más que ancho.

Golpe de entrada para los de Vázquez, con Nalbandian confirmando con algo de esfuerzo. El mal momento español se profundizó. La dupla local siguió sin hallar respuestas y López volvió a ceder su servicio, como en el set anterior. Tras el 4-0 logrado por David, la sangría española se cortó. Pero el daño ya estaba hecho y Argentina, con un 6-2, quedó a un paso de sumar el primer punto.

Las cosas no cambiaron en el comienzo del tercer set. Y dejaron bien en claro que no era el día de la dupla española, que venía con malos antecedentes en el circuito de la ATP, y mucho menos de López.

El de Toledo volvió a fallar a la hora del servicio y Argentina logró otra vez un quiebre veloz, para consolidar el anhelo de que el partido no se estire. La diferencia -tras pasar por un sexto juego con dificultades con el saque de Nalbandian, donde hubo que levantar dos break point- se amplió en el noveno game y entonces la victoria llegó quebrando por última vez a los españoles. La serie sigue viva para el equipo de Vázquez.

Sobre lo que viene ahora, se debe decir que para ganar la Copa por primera vez habrá que armar, directamente, una hazaña. Para tomar real dimensión de la complicada misión basta con recordar que desde 1939 nadie logró revertir un 0-2 en una final. Ese año lo consiguió Australia, que venció a Estados Unidos por 3-2 en Haverford. Esa no sólo fue la última vez, fue la única.