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2 de mayo de 2024
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River no sufre: festeja los 25 años de Japón
Un cuarto de siglo atrás River finalizó el mejor año de su historia con la conquista de la Copa Intercontinental. Tres títulos en un año. Cuando de la boca del Tano Pasman solo salían flores
14 de diciembre de 2011
En el cambio de día en Argentina entre el 13 y 14 de diciembre de 1986, River viviño uno de us momentos más históricos cuando en la lejana Tokio venció por 1 a 0 al campeón de Europa, Steaua Bucarets de Rumania, y logró ganar la Copa Intercontinental del, clubes.

La hazaña millonaria, en un año inolvidable para la historia del club con tres títulos, se concretó tras una "avidada" del Beto Alonso la patear un rirto libre rápidamente y la velocidad de Antonio Alzamendi poara marcar el gol de la victoria.

En estos momentos de transito por una etapa oscura del club dfe Nuñez, el recuerdo de aquellos años de oro con la conmemoración de los 25 años de esa conquista pone en un lugar casi de privilegio en la meoria riverplatense al equipo que dirigía el Bambino Veira.

Esta consagración fue la frutilla del postre a un año inolvidable, que había comenzado con la consagración en el torneo local.

Habían pasado cuatro años y medio de la última vuelta (Nacional 81) y, de la mano de Veira, River volvía a los primeros planos del fútbol argentino con un equipo aguerrido en la defensa, con la dinámica de el Negro Enrique y Alfaro en el medio, el quite y la voz de mando de Gallego, la velocidad de Amuchástegui y los aportes de enormes talentos como lo eran Morresi y Francesoli.

Un campeón inolvidable, que se quedó con el título cinco fechas antes del final. Tras ello, se dieron algunos cambios, pero el hambre de gloria siguió intacto. Francescoli se fue el Racing Matra de París (lo reemplazaron Funes y Centurión), el uruguayo Alzamendi entró por Amuchástegui y Alonso, en sus últimas pinceladas como jugador, ingresó por Morresi.

Fue además el año de otro hitos como, en medio del torneo local, en nero, en unmpartido por los torneos de verano, Enzo francescoli marcó un gol de antología de chilena al seleccionado de Polonia en mar del Plata en un triunfo épico 5 a 4.

Y el gran momento de la "media vuelta olímpica" en cancha de Boca, la tarde que River ganó el superclásico 2 a 0 con tantos del Beto Alonso, la jornada de la pelota color naranja.

Pese a volverse un conjunto más contraatacador y menos vistoso que el del primer semestre, siguió siendo poderoso. Ahora, la meta era la Copa Libertadores, un trofeo que brillaba por su ausencia en Núñez.

Ese equipo todo lo podía y, a fines de octubre, dio la vuelta ante América de Cali en el Monumental al ganarle por 1-0 (en la ida había ganado 2-1) con el mítico gol de Funes. Festejo enorme de los fanáticos, que veían a River campeón de América por primera vez, tras las frustraciones del '66 y '76.

El partido en Japón fue muy cerrado, recordado por la férrea defensa del equipo de Héctor Veira. A los 28 minutos del primer tiempo, Norberto Alonso, se apuró para sacar un tiro libre y dejó mano a mano a Alzamendi con el arquero rumano, quien le detuvo el primer disparo, pero el delantero uruguayo capturó el rebote de cabeza para marcar el 1 a 0 que sería definitivo.

Aquel día, River formó con Pumpido; Gordillo, Nelson Gutiérrez, Ruggeri, Montenegro; Héctor Enrique, Gallego, Alonso, Alzamendi; Funes y Alfaro(Sperandio). Por su parte, el Steaua formó con Stingaciu; Iovan, Belodedici, Bumbescu, Barbulescu (Majearu); Weisembacher, Balan, Stoica, Marius Lacatus; Piturca y Balint.
El día de River en Japón. ganador de la Copa Intercontinental