En el césped del Estadio Internacional de Yokohama, Barcelona (España) y Santos (Brasil), los máximos favoritos para adjudicarse Mundial de Clubes, disputarán mañana la final "soñada" del torneo, en la que todas las miradas estarán puestas en el duelo entre Lionel Andrés Messi y Neymar da Silva Santos Júnior.

Pocas veces una final del Mundial de Clubes había generado una expectación similar en un enfrentamiento entre dos equipos declarados amantes del fútbol espectáculo, valientes y entregados al virtuosismo de sus jugadores. Pero el brillo, sin duda, lo dan Messi y Neymar.

Ambos futbolistas son seguidos a sol y a sombra por las cámaras de televisión y por decenas de periodistas de diferentes medios de comunicación que cubren el certamen.

Más allá del enfrentamiento, el brasileño no se presenta como la contrafigura del argentino de un modo hostil. El jugador del Santos no tiene problemas en ponerse por debajo de Leo; en las últimas horas dijo que está "orgulloso" de jugar contra él y reconoció: "Claro que sigo las jugadas que hace Messi, como la de todos los cracks. Me inspiro en algunas jugadas suyas porque es el mejor, el número uno".

De todos modos, Neymar tiene en mente a otro jugador con el que le gustaría intercambiar su camiseta: "Puyol es un crack, lo he visto en video. Jugar contra él será un honor, es una gran persona, un gran jugador y un gran capitán. Tengo que hacerle sufrir un poco. Me gustaría saludarle. Le pediré la camiseta después del partido".

Por el momento, Messi se mantiene en silencio y totalmente al margen de las comparaciones que hacen los medios (incluso los catalanes), que alimentan la expectativa por el enfrentamiento. En horas hablará dentro del campo de juego.