El electo presidente de España, el conservador Mariano Rajoy, avisó ni bien empezó su discurso de investidura que se vendrán tiempos duros y que su gestión se centraría en la creación de empleo, en un contexto en el que casi el 25% de la población activa se encuentra desocupada.

"Los españoles nos reclaman una página nueva en nuestra democracia. Estimular el crecimiento y potenciar la creación de empleo. Me dedicaré a detener la sangría del paro. Esto es lo que exigen las urnas, lo que demanda Europa", sustuvo el líder del PP, quien aplastara en las elecciones presidenciales del pasado mes al candidato del entonces gobernante Partido Socialista.

Rajoy sostuvo que "cuando se crea empleo, se afirma la confianza, se reparte mejor la dignidad. Crece la libertad. Empezaremos por aquí. Mi gobierno no descansará hasta lograr este objetivo. No podemos ignorar lo que sucede en el mundo”

Según explicó frente el Congreso, la segunda tarea de su Gobierno será la de "asegurar la plaza de España en el mundo que surja de esta crisis".

Y agregó que la primera ley que aprobará será la de Estabilidad Presupuestaria, que planea reducir 16.500 millones de euros del presupuesto nacional, además de anunciar que promulgarán una “profunda reforma de la legislación laboral”.

Asimismo, aseguró que finalizará el proceso de reforma al sistema bancario y llevará adelante reformas estructurales al sector público en pro de la austeridad. Advirtió que el 30 de diciembre aprobará un decreto con medidas urgentes económicas y presupuestarias.