El gobernador de Santa Fe, Hermes Binner, se catapultó como uno de los referentes de la oposición tras la buena elección realizada en octubre con el Frente Amplio Progresista, que lo ubicó segundo a nivel nacional.

Si bien apenas sumó 16,8 puntos, en la peor elección histórica para un partido que ocupa el segundo lugar en comicios nacionales, en pocos meses le dio forma a una fuerza que creció en adhesiones y de las primarias de agosto a octubre saltó del cuarto al segundo lugar, y sumó seis puntos más en votantes.

En un frente que unió a socialistas, fuerzas progresistas y de izquierda moderada, el FAP ganó varias bancas legislativas y se constituyó en una alternativa válida como oposición para los electores.

Asimismo, supo crecer a pesar de que dos de sus apoyos originales en algunos distritos, como Ricardo Alfonsín (UDESO) y Fernando Solanas (Proyecto Sur), no fueron de la partida finalmente.