Una crisis política de envergadura se desató en la provincia de Santa Cruz luego del feroz ajuste que intentó aplicar el gobernador Daniel Peralta, y que derivó represión.

La crisis incluyó la renuncia del secretario de Gobierno y el alejamiento de la agrupación La Cámpora de la administración provincial.

La sesión prevista en la Legislatura para tratar las medidas de recorte fiscal se suspendió, la presidenta Cristina Kirchner postergó su viaje a Río Gallegos y u cargo el jefe de la policía provincial.

Mientras tanto, los incidentes que se produjeron en distintas tandas dejaron un saldo de 15 manifestantes y ocho policías heridos, dos de los cuales habían sufrido heridas de consideración por las refriegas con los manifestantes.

La Guardia de Infantería reprimió a los manifestantes con gases lacrimógenos y balas de goma, para intentar resguardar la integridad física de los diputados, que aún no habían podido abandonar la Legislatura y se encontraban refugiados en la imprenta de ese edificio.

Esta situación motivó que al menos una decena de funcionarios vinculados a La Cámpora, agrupación liderada por Máximo Kirchner, y el bloque de la agrupación en la Legislatura anunciaran su renuncia al Gobierno de Santa Cruz encabezado por Peralta.