El discurso es que la Argentina se debe pesificar, aunque el plan para hacerlo sea desprolijo y amague dejar cientos de miles de damnificados.
Pero mientras desde la Casa Rosada realizan esa recomendación "patriótica", tanto la presidenta Cristina Fernández como sus ministros tienen ahorros atesorados en dólares, según surge de sus declaraciones juradas, que no contemplan lo que podrían tener, además, en cajas de seguridad.

Ante la Oficina Anticorrupción, Cristina declaró US$ 3.066.632 en depósitos a plazo fijo y en el 2008 el fallecido Néstor Kirchner había comprado otros 2 millones para una inversión en El Calafate.

Los Sauces, uno de los dos hoteles que posee la Presidenta en El Calafate, tiene tarifas en dólares. El vicepresidente, Amado Boudou, declara tener U$S 145.600 en efectivo.

El canciller Héctor Timerman declaró U$S 331.987, Julio De Vido, ministro de Planificación, US$ 20.500, Carlos Tomada, de Trabajo, U$S 32.550 y Alicia Kirchner, ministra de Desarrollo Social, US$ 16.000.

El ministro del Interior, Florencio Randazzo, declaró US$ 20.000 y el senador Aníbal Fernández, que por entonces era Jefe de Gabinete, juró que tenía US$ 24.000. De nuevo, nada se sabe sobre cajas de seguridad que puedan estar a nombre del funcionarios ni sobre su contenido.

Ricardo Echegaray, jefe de la AFIP, declaró 106.905 dólares, más de la mitad de sus ahorros declarados.

Pero el Gobierno insiste en que se debe pesificar contra viento y marea, aunque nada dice sobre quién pagará los costos de semejante aventura.