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Cristina Fernández subió las tarifas de luz y gas
Es para hacer inversiones y evitar un colapsoen los servicios. Lo anunciaron De Vido y Kicillof. Así, la Presidenta empieza a sufrir su propia herencia económica. Habría más ajustes
23 de noviembre de 2012
Ante el riesgo de debacle del sistema energético, la presidenta Cristina Kirchner anunció hoy un aumento bimestral de las tarifas eléctricas y de gas en Capital y conurbano, que llegará hasta los 150 pesos en el caso de los hogares y hasta 300 para comercios e industrias.

La medida debió ser aplicada ante el riesgo de una quiebra generalizada de las distribuidoras que haría colapsar el servicio, y por el fracaso de la política de "renuncia voluntaria" a los subsidios que intentó el gobierno el año pasado, y que luego impuso a barrios de alto poder adquisitivo, como Puerto Madero, y countries.

El ajuste, que sería el primero de una cadena de medidas destinadas a evitar el creciente déficit fiscal, se aplicará mediante montos fijos que van de 4 a 300 pesos por bimestre de acuerdo con el consumo de los usuarios, y regirán con retroactividad al primero de noviembre último.

En el caso específico del servicio de energía eléctrica, las subas irán de 4 a 150 pesos bimestrales para hogares, y de 45 a 300 pesos para comercios e industrias.

En tanto, para el gas, los aumentos -también retroactivos al primero de noviembre- van de 4 pesos a un máximo de 150 por bimestre para los grandes consumidores.

El ajuste -que tendrá un fuerte impacto sobre el bolsillo de millones de personas que ya padecen una elevada inflación- lo anunciaron el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, y el viceministro de Economía, Axel Kicillof, quienes indicaron que de este modo esperan recaudar $ 2.000 millones y destinarlos a dos fondos para financiar obras de infraestructura energética.

Los aumentos rigen para los usuarios de Edenor, Edesur, Gas Natural Ban y Metrogas, y se dispusieron en momentos en los que las principales compañías energéticas que operan en la región metropolitana de Buenos Aires padecen severas complicaciones financieras, debido al aumento de costos y un congelamiento de tarifas desde hace más de doce años.

Según aseguró De Vido, en las facturas de luz, el 72 por ciento de los hogares recibirán aumentos que van de 4 a 10 pesos.

En las facturas de gas, el 80% de los hogares recibirá subas de entre $ 4 y $ 20, de acuerdo con lo prometido por el ministro.

Durante una conferencia de prensa, los funcionarios señalaron que los aumentos no se aplican para los 600 mil usuarios de energía eléctrica exceptuados y 89 mil del servicio de gas que están en la misma categoría.

Los aumentos van en todos los casos desde 4 pesos por factura -por bimestre- para los hogares de menor consumo y llegan hasta un tope de 300 pesos en la categoría "grandes comercios".

De Vido y Kicillof reivindicaron las políticas de subsidios a la energía del Gobierno nacional y señalaron que en los países de la región es "más caro" ese consumo para los usuarios.

Además, cuestionaron a provincias como Córdoba y Santa Fe por sus políticas energéticas.

Según Kicillof, en un intento por minimizar el tarifazo, en Santa Fe las tarifas eléctricas aumentaron 159% en los últimos años y en córdoba 225% con fines "recaudatorios", ya que "la energía la subsidia el Gobierno nacional y se quedan con la diferencia".

"Algunos vivos suben las tarifas eléctricas y con eso engrosan las cuentas provinciales", se quejó Kicillof, al apuntar en particular contra Santa Fe y Córdoba, dos provincias que le vienen siendo esquivas al cristinismo.

FONDOS PARA INFRAESTRUCTURA

De Vido dijo que con los fondos adicionales recaudados se crearán dos fideicomisos en el Banco Nación y que ese dinero será destinado a obras a definirse por "el Estado nacional en conjunto con los intendentes y no con las empresas", y también confirmó que se convocará al Gobierno porteño.

Entre las obras que se prevé realizar están "diez subestaciones eléctricas en el Sur del Gran Buenos Aires" y obras de infraestructura energética en los barrios de la capital "donde más creció la demanda", entre otras.

En tanto, Kicillof advirtió que "en 2011 el país demanda casi la mitad más de energía de lo que hacía al cabo de la fase neoliberal".

Esa situación fue respondida con "políticas públicas que permitieron un crecimiento del orden de los 7.000 megavatios de potencia instalada en estos ocho años", según dijo.

Destacó que "el 41 por ciento de la inversión en el sector es pública, el 24 por ciento mixta" y el resto es privada. Agregó que para el Gobierno "es una convicción que la energía en Argentina tiene que tener costos más bajos que en otros países", al argumentar a favor de los subsidios a los usuarios.

Kicillof sostuvo que los subsidios mejoran "directamente a las condiciones de vida de las clases trabajadoras" y aseguró que "tarifas de gas y energía barata no es ni más ni menos que un incremento de salario".

Al respecto, según su razonamiento, esos fondos "en lugar de ser embolsados por las empresas pasan a fogonear el consumo interno que permite, por otro lado, sostener la demanda también en el aparato productivo".

En cuanto al reclamo de los gremios, argumentó que a la hora de discutir los mínimos del Impuesto a las Ganancias también se debe debatir lo que los usuarios reciben en concepto de subsidios como parte del "salario", según consideró.

Además, sostuvo que una "factura bimestral" que en la región metropolitana es de 8 dólares, en Chile se eleva a 60, en Brasil a 91 y en Uruguay a 140.

Y criticó a los sectores que buscan "forzar incrementos tarifarios siderales" en "beneficio de unos pocos vivos" porque eso sería "la paz de los cementerios", a pesar de que el ajuste anunciado llegará a niveles muy altos en distintos casos.

Kicillof señaló que en la década del 90, una factura de luz implicaba en promedio el 2,5 por ciento del salario y que en la actualidad esa proporción llega al 0,4% en la región metropolitana, en un intento por bajarle el tono al impacto de la medida.

A su vez, De Vido hizo hincapié en que los equipos de su Ministerio y de Economía trabajan "en conjunto" y criticó con dureza versiones periodísticas sobre disputas internas en el Gobierno.