El equipo de Tigre decidió no salir a jugar el segundo tiempo de la final de la Copa Sudamericana ante San Pablo tras sufrir violentas agresiones en los vestuarios que incluyeron exhibición de armas de fuego y golpes con las culatas de las armas en la cabeza y cuerpo de los jugadores argentinos.

Esto sucedió cuando finalizó la etapa inicial donde ganaba el San Pablo 2 a 0 y nada había sucedió en el campo de juego para justificar tamaña agresión.

El plantel decidió, en esas circunstancias, no salir a jugar el segundo tiempo y el árbitro del encuentro, en llamativa decisión dio por "finalizado" el encuentro y dar como vencedor a San Pablo.

"Liberaron la zona y sacaron dos revólveres", denunció Pipo Gorosito en el entretiempo de la final de la Copa Sudamericana entre San Pablo y Tigre.

Los jugadores de Tigre fueron agredidos y amenazados por la seguridad privada y policía de San Pablo, cuando ingresaban al vestuario visitante del estadio Morumbí.

Los heridos fueron varios jugadores, entre ellos el capitán Matías Galmarini y el jefe de seguridad del club que tras la primera trifulca contra gente del San Pablo que invadió el vestuario y luego ingresó la policía y le pegó a los jugadores visitantes.

"Hay jugadores lastimados. No se juega más", agregó el DT del equipo de Victoria, quien relató que las agresiones comenzaron en el hotel con hostigamiento de los hinchas y una fuerte pedrada al micro que llevó al plantel al Morumbí que llegó con todas su ventanillas rotas.

Tigre estaba perdiendo 2-0 contra San Pablo en Brasil, al término del primer tiempo. El volante Lucas abrió la cuenta para los locales a los 22 minutos. Y Osvaldo, a los 28., amplió las cifras para el elenco brasileño.