El Gobierno de Israel prolongó la tregua humanitaria que implica un alto el fuego por otras cuatro horas hasta la medianoche , según informaron medios israelíes citando a funcionarios del gobierno.

Un portavoz de Hamas dijo en Gaza que su organización está considerando también una prolongación, de acuerdo a la agencia DPA.

En las horas de cese al fuego, el panorama que se descubrió fue desolador.

Decenas de cuerpos fueron hallados esta mañana entre los escombros en la Franja de Gaza, mientras rige una tregua entre Israel y Hamas. Ambas partes, sin embargo, se encuentran ausentes de una reunión internacional que en París busca acordar un alto el fuego duradero.

Durante el encuentro, impulsado por los jefes de la diplomacia de Francia, Estados Unidos, Qatar y Turquía, entre otros países, se llamó a "prolongar el alto el fuego" en vigor, según el francés Laurent Fabius.

Al menos mil palestinos murieron y unos 6.000 resultaron heridos desde el lanzamiento -el 8 de julio- de la operación israelí "Barrera Protectora" contra la Franja, controlada por el movimiento islamista Hamas. También fallecieron 39 israelíes, 37 de ellos soldados. Las cifras fueron difundidas por el diario israelí Haaretz.

El alto el fuego de doce horas se inició a las 05.00 GMT (las 2 de la madrugada en la Argentina). Muchos palestinos aprovecharon el breve respiro para volver a sus barrios devastados, donde se acumulaban los cadáveres y los escombros.

Socorristas y periodistas describían escenas de desolación: casas que se habían venido abajo como castillos de naipes, cuerpos ennegrecidos entre las ruinas y restos de sangre sobre las huellas de los tanques israelíes.

Al cabo de cinco horas de tregua, al menos 85 cuerpos habían sido hallados entre los escombros, según los socorristas locales. Hamas desaconsejó a los desplazados por el conflicto -más de 160.000 según la ONU- acercarse a los inmuebles bombardeados y a las zonas de combate por la posible presencia de artefactos explosivos.

El ejército israelí también recomendó a los habitantes no volver a sus casas en este minúsculo territorio donde viven en la miseria cerca de 1,8 millones de personas.