Terminado el desalojo del asentamiento Papa Francisco de Lugano, las topadoras derribaron las casillas de las 300 familias que vivían allí.

El lugar quedó vallado y custodiado para evitar nuevas tomas.

El operativo, que se desarrolló con normalidad desde primera mañana, terminó minutos antes de las 17. Igualmente, el problema podría seguir.

Las familias expulsadas organizaron un corte sobre la avenida Francisco Fernández de la Cruz y Escalada, para reclamar por sus viviendas.

"No tenemos adónde ir", aseguró Patricia, una de las vecinas desalojadas.

Antes de ser tomado, el predio que ahora intentarán recuperar funcionó por varias décadas como un depósito de automóviles judicializados de la Policía Federal.

Afectaba a los vecinos de la villa 20, que sufren hace años la contaminación y enfermedades por las condiciones del terreno. Fueron muchos vehículos depósitados allí durante un largo tiempo, entonces la corrosión, el ácido de las baterías, la pintura y otros elementos empezaron a contaminar el predio.

La gente de los asentamientos manifestó tener enfermedades eruptivas en la piel y problemas respiratorios, entre otras afecciones.

Desde la Ciudad adelantaron que van a encarar tareas de saneamiento para llevar adelante el proyecto de viviendas sociales para habitantes de la villa 20.