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29 de marzo de 2024
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Boca es una lágrima cada vez mayor
Estudiantes de La Plata no tuvo piedad con el mal momento xeneize y lo derrotó 3 a 1 en La Plata. Bianchi está en la cuerda floja y con dudas
27 de agosto de 2014
No le tuvo piedad. Estudiantes de La Plata aprovechó el mal momento de Boca y en un solo período de juego, en el primero, definió el partido que finalizó 3-1. Muy temprano llegó la apertura del marcador y en el resto de la noche platense hubo un solo equipo que si no sacó diferencias más amplias fue únicamente porque no se lo propuso.

Estudiantes transformó en gol su primera acción de ataque en el minuto 4, jugada en la que Joaquín Correa, después de combinar con Guido Carrillo, ingresó al área por izquierda y frente a Agustín Orion definió con remate bajo hacia el palo izquierdo.

El control del juego en el resto de la etapa por parte del equipo local fue absoluto, con posesión de pelota en la mitad de la cancha, verticalidad por los costados mediante Carlos Auzqui y Correa, distribución a cargo de Román Martínez y presencia ofensiva en el uruguayo Diego Vera.

A los 22, Vera ganó en velocidad ante los centrales de Boca, tocó por arriba de Orion y aseguró el segundo gol.

A los 39, de nuevo Vera, en esa oportunidad en posición adelantada no advertida, se encontró con un balón sobre la izquierda del área y con una acrobática tijera estableció el contundente 3-0.

Boca no funcionó en ninguna de sus líneas y en ninguna de las facetas del juego, su permeabilidad defensiva quedó expresada en el marcador parcial y no produjo ni una sola maniobra de ataque digna de mención.

Como era de prever el segundo capítulo sobró porque Estudiantes se limitó a dejar transcurrir los minutos y reservó energías para próximos compromisos, seguramente más exigentes.

También Boca lo que esperaba era la finalización del juego, no encontró soluciones ni consiguió mejorar su imagen ante un adversario que le dejó terreno y pelota.

En el minuto 44, Luciano Acosta cruzó una pelota desde la izquierda hacia el centro del área y ante el estatismo de los defensores y del arquero Agustín Silva apareció Jonathan Calleri para establecer un gol decorativo, que no disimula el nuevo fracaso del Boca de Carlos Bianchi.