Los estudios a la presidenta Cristina Fernández arrojaron hoy resultados normales y los médicos que la atienden evaluarán en las próximas horas si permanece internada una noche más o continuará su convalecencia en la Quinta de Olivos.

La mandataria ingresó el domingo por la noche al sanatorio Otamendi con un cuadro febril infeccioso, luego diagnosticado como una "bacteremia".

El equipo de profesionales que sigue su caso intenta determinar si fue producto de una infección urinaria.

La presidenta, que se encuentra en la habitación 415, registró fiebre por la mañana pero por la tarde estaba mejor.

En medio de un temporal que afectó en algunas zonas de la Ciudad y la Provincia el suministro de luz, se instaló en la puerta de ese centro médico un generador eléctrico para enfrentar posibles fallas.

La bacteremia es el nombre técnico con el que se alude a la presencia de bacterias en la sangre, que en el caso de la jefa de Estado serían de "probable foco intestinal".

Este tipo de cuadros suele generar fuertes molestias a quien lo padece pero no reviste gravedad para la salud.

Diez días atrás Cristina Fernández tuvo otra leve complicación en su salud: una faringitis la obligó a guardar reposo por 48 horas y reprogramar su agenda.

La Casa Rosada suspendió el encuentro que la Presidente iba a mantener mañana en Buenos Aires con su par de Chile, Michelle Bachelet, por los 30 años del Tratado de Amistad que puso fin a conflictos limítrofes.

Junto a Bachelet iban a compartir una videoconferencia con el papa Francisco, actividad que fue pospuesta para dentro de 15 días. Su última actividad oficial fue el jueves, cuando dio un discurso en el cierre del Congreso de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (Adimra).