El femicidio, el horror y la locura se cruzaron en la provincia de Santa Fe, luego de que Chiara Páez, una adolescente de 14 años que había desaparecido el sábado último en Rufino, fue encontrada enterrada, en el patio de la casa de su novio, de 16, quien confesó el crimen ante el fiscal de turno, Mauricio Clavero.

La chica estaba embarazada y el dato escalofriante es que su cuerpo presentaba signos evidentes de golpes con una violencia inusitada y aún estaba con vida cuando la enterraron.

Clavero ordenó la detención de cuatro miembros de la familia del joven que confesó el crimen.

"Como estaba enterrada Chiara, es improbable que este trabajo lo pudiera hacer una sola persona", dijo el subsecretario de Protección civil provincial, Antonio Moyano.

El cuerpo de la menor estaba enterrado en el patio de la casa de su novio, en la calle San Martín al 800, donde funciona un taller de herrería.

"Estuvimos en la zona de Rufino, junto al fiscal, funcionarios de la intendencia, policía y cuerpo de bomberos para diagramar el operativo. Mas allá de la situación del joven que a última hora se quebró, en el momento que estábamos por ingresar a la vivienda ya teníamos casi la certeza que la cosa pasaba por ahí. Entonces llegó la confesión de este chico. Se hizo una excavación y encontramos desgraciadamente el cadáver de Chiara", explicó Moyano.

Sostuvo que "es evidente que por la contextura física de una persona que está muerta y por el lugar donde estaba enterrada, resulta prácticamente improbable que este trabajo lo pudiera hacer una sola persona".

Chiara había sido vista por última vez el domingo a la 1:30 en las inmediaciones de la Escuela de Educación Técnica 286, cuando iba a la casa de unas amigas con las que no llegó a encontrarse.

Según la versión que divulgó la emisora LT29, de Venado Tuerto, el novio declaró que el hecho se dio en el marco de una fuerte discusión que mantuvo con Chiara.