El miércoles de la semana pasada, mientras el vocero presidencial Miguel Nuñez acompañaba a la primera dama en su gira por México, se perpetró un supuesto intento de secuestro de su hija.

Un desconocido, haciéndose pasar por él, llamó al colegio de la niña avisando que el padre iba a retirarla con antelación.

Cuando se le comunicó el hecho a la pequeña, ella alertó de que era imposible porque su padre estaba de viaje.

Fue entonces cuando desde el establecimiento se pusieron en contacto con la madre, quien confirmó que nadie de la familia iba a buscarla.

De forma inmediata, intervino el Ministerio del Interior. Ya todos alertados esperaron en el colegio la llegada de quien había realizado el llamado pero nunca apareció.

La familia Nuñez realizó una denuncia penal por amenazas en la comisaría 12ª, quedando la investigación en manos de la fiscalía de instrucción número 48, a cargo de Alejandro Molina Pico.

Cuando se supo de este caso, el Presidente admitió ante sus allegados que también había recibido un llamado en el cual le relataban el recorrido que hace su hija Florencia a diario para llegar al colegio.

Si bien ya se está investigando el origen de los llamados, causó alarma en el entorno presidencial el nivel de conocimiento que existe sobre la vida cotidiana de las familias de los funcionarios.