Cuestionados por el Gobierno, los dos camaristas que liberaron a Cristóbal López podrían renunciar a sus cargos.

Se trata de Jorge Ballestero y Eduardo Farah, que tras el fallo que dispuso las excarcelaciones del empresario kirchnerista y su socio Fabián De Sousa y el cambio de su carátula, quedaron en el ojo de la tormenta.

Los cuestionamientos hacia los jueces se trasladaron al Consejo de la Magistratura que analiza el patrimonio de Ballestero, el más cuestionado de los dos y sobre el que pesa la acusación de haber recibido coimas detrás del fallo que benefició a los empresarios K.

"No descarto la posibilidad de irme. Mi médico me dijo que no puedo vivir en conflicto permanente", explicó Ballestero al diario La Nación.

"Tengo edad para jubilarme y ocho stents en un año, pero no me gustaría irme así", afirmó en referencia a la investigación del organismo sobre su declaración jurada.

Su colega, Farah está en diálogo con el Ejecutivo para lograr un traslado a otro fuero con menos exposición que el de la Cámara Federal.

El ministro de Justicia, Germán Garavano, sostuvo que están dispuestos a aceptar la renuncia de Ballestero y que el Gobierno no objetaría al traslado de Farah a otro tribunal.

El fallo de los camaritas será revisado por el juez Leónidas Moldes, designado para instruir el expediente abierto en la Magistratura ante la solicitud de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, para que se informe cómo se integró el tribunal cuando se ordenó liberar a López y De Sousa.