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20 de abril de 2024
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Conurbano 'Far West': asesinado porque no tenían la SUBE
El colectivero Leandro Alcaraz fue baleado a sangre fría por dos pasajeros con los que había discutido media hora antes porque carecían de la SUBE. Igual, los llevó, pero lo mataron a balazos
16 de abril de 2018
Un colectivero fue asesinado este domingo por pasajeros con los que mantuvo una discusión porque no tenían la tarjeta SUBE para pagar el viaje. El ataque ocurrió en la tarde, alrededor de las 18, a la altura de la localidad de Virrey del Pino, en el partido de La Matanza. La víctima, identificada por la Policía como Leandro Miguel Alcaraz, de 26 años, manejaba el interno 103 de la línea 620.

Todo comenzó cuando dos pasajeros subieron en una parada en San Justo, localidad vecina de Virrey del Pino, y discutieron con el chofer por negarse a pagar el viaje. Ninguno tenía la tarjeta SUBE. A pesar de eso, Alcaraz los trasladó hasta Bueras y Concordia, de Virrey del Pino. Según testigos, bajaron del colectivo y sin mediar palabra le dispararon. Poco después, escaparon.

Según las fuentes, otro de los pasajeros, al ver que Alcaraz agonizaba, tomó el volante del colectivo y manejó hasta el Hospital Simplemente Evita de González Catán, donde entró muerto por dos disparos: uno en el cráneo y otro en tórax.

El brutal homicidio es investigado por el fiscal José Luis Maroto, de la Unidad Funcional de Instrucción Temática de Homicidios del Departamento Judicial La Matanza. Los investigadores no descartan que los homicidas estuvieran alcoholizados.

La línea 620, de la empresa Nueva Ideal S.A., une la localidad de Lomas del Mirador con el kilómetro 47.7 de la ruta 3.

Tras el asesinato, los choferes de la línea iniciaron un paro y cortes de calle como forma de protesta y en reclamo de medidas de seguridad. También se sumaron sus colegas de las líneas 96 y 382; todas de la misma compañía y que prestan servicio en la zona oeste bonaerense. En el conglomerado urbano de Capital y Gran Buenos Aires se mueven casi 19 mil colectivos todos los días. Transportan a 10 millones de personas. Aunque no hay estadísticas, la Unión Tranviarios Automotor (UTA) establecía que en 2017 había 15 hechos violentos diarios arriba de un colectivo.

En julio de 2017, y como una medida para bajar esos indices, empezaron a instalarse cámaras de filmación. La experiencia arrancó en 48 unidades de la línea 101 e incluye cuatro cámaras por colectivo. Una enfoca la puerta delantera, dos el interior y la cuarta está sobre el frente, apuntando hacia la calle.

Los equipos transmiten las imágenes, la geolocalización del colectivo y la velocidad a la que está circulando. Si un pasajero denuncia al 911 un hecho de inseguridad, o si el colectivo se detiene o se desvía de su ruta, los operadores del Centro de Monitoreo de la Ciudad o de la Provincia tomarán la señal e investigarán qué sucede.

Los videos quedarán grabados y se conservarán durante 30 días, para que sirvan como prueba en caso de que ocurra un delito o un choque. Pero el interno que manejaba Alcaraz no tenía cámaras de vigilancia.