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19 de abril de 2024
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Rusia, un país donde todo es enorme
El Mundial de Rusia 2018 se realiza en el país más grande del planeta y todo parece salido de un cuento de Jonathan Swift, creador de Gulliver
12 de junio de 2018
Por Adrián Taccone, desde Moscú

Llegar a Rusia, más precisamente a Moscú, no es una tarea sencilla. No solamente porque Buenos Aires está situada a más 14.000 km de distancia, sino porque una vez que se arriba, uno se da cuenta que todo es enorme, desde las ubicaciones, los enlaces y hasta los edificios, algo que -obligadamente- hace que los turistas o todo aquél que participe del evento tenga que caminar mucho.

Contaba en las historias de Gulliver, el escritor británico Jonathan Swift, que el aventurero tenía que sortear mil percances e historias para poder alcanzar determinado destino, incluso en el aprendizaje de la vida.

El primer libro mostró a Gulliver en el país de Liliput, donde los lilliputienses -personas de baja estatura- lo capturaron y luego de algunas desaveniencias, el aventurero deja el país. Sin embargo, en el segundo viaje, Gulliver llegó a Brobdingnag, donde quienes también lo detuvieron fueron hombres gigantes, en una ciudad que era compleja para una persona de su tamaño.

Así es como uno se siente en Rusia. Donde hay que caminar para todo y ver obras arquitectónicas que parecen sacadas de uno de los cuentos de esos escritores británicos del Siglo XVIII o XIX.

Desde el 2012 Moscú aumentó su área en 2,5 veces, desde unos 1000 km² hasta 2500 km², y ganó una población adicional de 230 000 habitantes, por lo que ahora en la caítal moscovita viven 12.108.257​ habitantes.

Pese a que todo podría ser caótico, por las extensiones y la gran cantidad de personas, la capital rusa ofrece tranquilidad, orden y sobre todo limpieza, más allá de efectividad a la hora de sincronizar su excelente transporte público.

Lógico que estamos en un Mundial, donde a veces todo parece un "sueño de princesa", pero la enorme capital rusa no se verá afectada por el paso del evento más importante del fútbol, ya que sus estructuras se mantendrán activas para las diferentes competencias.

Hasta el momento la gente parece no tener mucha empatía con el Mundial, aunque el gigante europeo-asiático invirtió mucho tiempo y dinero para que la FIFA apruebe su candidatura y marque un hito sin precedentes en su historia. Pero resta esperar que la pelota comience a rodar.