La candidata libertaria Jor Jorgensen podría convertirse en la responsable de arruinar el intento de Donald Trump de ir por la reelección.
Con 63 años, la activista habría cosechado suficientes votos de la derecha para que el presidente norteamericano pierda los estratégicos estados de Michigan y Wisconsin, sellando su suerte.

Jorgensen, quien tiene un máster en administración y es doctora en psicología, en 1996 ya había sido candidata a la vicepresidencia por el partido libertario, compartiendo fórmula con Harry Browne. Oriunda de Ilinois, ahora Jo Jorgensen se presentó para ser presidenta, y se convirtió en una protagonista inesperada en las elecciones de los Estados Unidos.

Su posición, de manera inesperada, podría torcer el destino de la votación. En Michigan, uno de los más reñidos en la compulsa, Joe Biden acaba de recuperar la ventaja sobre Donald Trump por un ínfimo 0,31% de los votos. Y allí es donde empezó a terciar Jorgensen, que con el 1,1% que obtuvo, podría inclinar la balanza en favor de los demócratas al restarle votos al presidente.
Biden tiene 2.524.385 votos por el momento (49,39%). Apenas 15.793 más que Trump (obtiene por el momento el 49,08%). En tanto Jorgensen recolectó 56.531 sufragios. La primera lectura es que la posición de la candidata libertaria, más cercana desde la ideología a los intereses republicanos que a los demócratas, podría haber desviado algunos votos que serían fundamentales para que el actual presidente prolongue su mandato en la Casa Blanca. La situación se replica en otros dos estados. Wisconsin, donde Biden obtuvo 1.630.396 contra 1.609.879 de Trump, mientras que Jorgensen se llevó 38.414. Y en Nevada, con 588.252 para los demócratas, 580.605 para los republicanos, y 13.152 para los libertarios.

Nevada pone en juego seis electores; Wisconsin, 10, y Michigan, 16. Exactamente los 32 votos con los que Biden llegaría a los 270.

Jorgensen desarrolló su carrera profesional en la empresa IBM hasta que se convirtió en socia y presidente de Digitech. Como libertaria, su plataforma es conservadora en términos fiscales y muy liberal en términos sociales. Los derechos individuales son su bandera y promueve una reforma judicial que no criminalice a los consumidores de drogas y desmilitarizar a las fuerzas policiales.

Además, se opone al intervencionismo estadounidense en el exterior y cree que el principal problema a enfrentar es la deuda externa y el gasto desmedido del gobierno.