El presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, eligió a un grupo de funcionarios con una vasta experiencia y trayectoria en el gobierno federal para formar su equipo de seguridad nacional y política exterior, en el que Biden además imprimió una pincelada de diversidad con una designación histórica: Alejandro Mayorkas será el primer latino y el primer inmigrante en dirigir el Departamento de Seguridad Interior.

Biden eligió a uno de sus asesores históricos, Antony Blinken, para dirigir el Departamento de Estado, el puesto más codiciado del gabinete, cuarto en la línea de sucesión presidencial. Blinken lleva casi 20 años al lado de Biden, y es una figura muy respetada por la comunidad diplomática de Washington, desmembrada durante los cuatro años de gobierno de Donald Trump.

El futuro mandatario designó además a John Kerry, uno de los arquitectos del Acuerdo Climático de París, como nuevo "zar del clima", un nuevo puesto que envía una señal contundente sobre uno de los objetivos primordiales que tendrá el futuro gobierno de Estados Unidos: enfrentar la amenaza del cambio climático.

Pero hubo tres nombramientos que sobresalieron dentro del flamante política exterior y seguridad nacional. Biden eligió a Mayorkas, hijo de refugiados cubanos, para dirigir el Departamento de Seguridad Interior (DHS, según sus siglas en inglés), la agencia más grande del gobierno federal.

Es una designación que envía un fuerte mensaje en contra de la brutal tenaza que imprimió el gobierno de Trump a los inmigrantes, además de darle un puesto preponderante en la administración entrante a un latino, un pilar de la colación demócrata.

Biden también eligió a una afroamericana, Linda Thomas-Greenfield, para ser futura embajadora de Estados Unidos ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Una vez confirmada, será la segunda afroamericana que se sentará en el Consejo de Seguridad en nombre de la primera potencia global. La primera fue Susan Rice, durante el gobierno de Barack Obama.

rob