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3 de mayo de 2024
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Sabella y el Mundial de Brasil 2014, la última vez que dirigió
8 de diciembre de 2020
La salud de Alejandro Sabella le venía enviando alertas aún antes de cumplir los 60 años.

Por eso, tras el Mundial de Brasil 2014, en el que la Selección Argentina estuvo a minutos de ganar pero perdió ante Alemania en el Maracaná, no volvió a dirigir.

Ofertas no le faltaron al técnico subcampeón, incluso de Europa.

Su historia
En 1975, cuando cambió el mapa del fútbol para River, ya había debutado con la banda roja, pero la esperada consagración después de 18 años se sequía, lo catapultó.
Sabella era diestro, pero “como todos los 10 eran zurdos”, aprendió y nunca dejó de patear con la izquierda.

Era fanático de Boca y admirador de Rojitas. Ya era Pachorra, apodo con el que el relator Marcelo Araujo lo bautizó en el Sudamericano Juvenil de 1974, porque le gustaba dormir la siesta.

Roberto Perfumo le decía el “Mago”.

Jugó cuatro años en River y partió a Europa. Algunos dicen que no había lugar para el Beto Alonso y para él en uno de los equipos grandes de la Argentina.

Ubaldo Rattín, representante del Sheffield United en la Argentina, le ofreció ir a Inglaterra. Sabella no dudó. Los ingleses quedaron encantados con su juego después de un Superclásico y lo ficharon.

Con Sheffield se fue al descenso, pero en el 2000 fue elegido como uno de los mejores futbolistas del siglo por el club del condado de Yorkshire del Sur.

Luego fue transferido al Leeds United. Jugó 23 partidos y marcó 2 goles hasta que llegó Carlos Salvador Bilardo para convencer a los ingleses de que le dieran el pase por… ¡2 mil dólares!

En Estudiantes jugó tres temporadas, y en La Plata a quien sería su esposa, Silvana, madre de dos de sus cuatro hijos en segundas nupcias.

Se consagró en el Metropolitano de 1982 y del Nacional de 1983. En 1985 recaló en Gremio y fue bicampeón gaúcho. Regresó a La Plata. Ferro e Irapuato de México marcaron el final de su carrera.

De River se había llevado una amistad grande con Daniel Passarella. Y a Núñez volvió junto al Kaiser como ayudante de campo. Con perfil bajo, también acompañó al entrenador en la Selección Argentina. Fue una revancha personal para Sabella, que no había podido jugar el Mundial ’86. Competía con Diego Maradona y Ricardo Enrique Bochini, ni más ni menos.

Con su amigo también estuvo en el Parma de Italia, la Selección de Uruguay, Monterrey de México, Corinthians de Brasil y de nuevo en River.

Passarella optó por la política y se candidateó a presidente en Udaondo y Figueroa Alcorta, y Sabella recibió un llamado inesperado, el de Juan Ramón Verón.

El papá de la Brujita le hizo un contacto con Estudiantes. Y después de 15 años como segunda guitarra, asumió el rol estelar. Lo que siguió fue una de las páginas más gloriosas de la historia pincha: la cuarta Copa Libertadores en 2009. Aquel equipo quedó en la historia: Mariano Andújar; Cristian Cellay, Rolando Schiavi, Leandro Desábato, Germán Ré; Enzo Pérez, Rodrigo Braña, Juan Sebastián Verón, Leandro Benítez; Gastón Fernández y Mauro Boselli tocaron el cielo del Mineirao con las manos y bañaron de gloria a Estudiantes ante Cruzeiro.

Apostó a la mística y tuvo su resultado. La primera charla técnica la dio con una camiseta rojiblanca en la mano.

Sabella estuvo cerca de llegar a la cima mundial en Abu Dhabi, nada más ni nada menos que ante el Barcelona de Pep Guardiola. Estudiantes ganaba con un gol de Boselli. Lo empató Pedro en el minuto 89. En el alargue, cuando la posibilidad de los penales era seria y un premio a tanto esfuerzo, apareció Lionel Messi y clavó una daga que derrumbó las ilusiones platenses.

En Brasil 2014, Sabella pudo darse el gusto de dirigir a Messi. También a Sergio Agüero, Angel Di María y Gonzalo Higuaín.

Los alemanes le quitaron la posibilidad de subirse al pedestal de César Menotti y el propio Carlos Bilardo, uno de sus mentores.