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2 de mayo de 2024
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Garbarino no paga sueldos y acumula una deuda millonaria
La cadena de electrodomésticos busca evitar la quiebra. Hay 3.800 empleos en riesgo. Acumula cheques rechazados y no paga los sueldos
30 de junio de 2021
Cuando se anunció hace un año la venta de la cadena de electrodomésticos Garbarino al empresario Carlos Rosales se pensó que renacía la esperanza de recuperación.
Pero lejos de mejorar, la crisis financiera aumentó, con deudas a bancos y proveedores, sueldos impagos, cierres de locales y cheques rechazados.
En el mercado de retail advierten que Garbarino atraviesa horas decisivas. Rosales negocia contra reloj con el único interesado en comprar la cadena, un grupo inversor que lidera el propietario de Supercanal Arlink, Facundo Prado.

La razón es que la propuesta vence este miércoles y hay pocas esperanzas de que se concrete. "Faltan pocas horas y no hubo acuerdo ni hay conversaciones", dijo una fuente al tanto de las conversaciones. Rosales, dueño también de la aseguradora Prof y dirigente de San Lorenzo, compró la cadena de electrodomésticos en junio del 2020, con una deuda estimada en $12.000 millones, 200 locales a la calle y 4.325 empleados.

Así sumó a Compumundo (46 locales), Garbarino Viajes, Fiden (que emite las tarjetas de fidelización) y 2 plantas en Tierra del Fuego: Digital Fueguina y Tecnosur.

Un año después y consumida por la crisis, al grupo le quedan 105 sucursales (muchas sin operar), otras 34 de Compumundo y unos 3.800 empleados.

La situación se agrava, con cierres de locales y protestas de los trabajadores.

El interés del grupo inversor no disminuyó, pero a horas de vencer la oferta, no hubo respuesta y las conversaciones están trabadas.

La directiva de Garbarino admite que la situación es delicada, con demoras en los pagos, pero recalcan que el proceso para conseguir inversiones está abierto.

La tormenta sobre Garbarino viene de 2018, bastante antes de la llega de la pandemia a la Argentina.

Cuando asumió en junio de 2020, Rosales reestructuró el grueso del endeudamiento ($ 5.000 millones a bancos y $ 7.000 millones a proveedores), y la situación mejoró hasta hace dos meses.

Es que las ventas cayeron 60% en abril y 75% en mayo.
"Estamos intentando encontrar una solución de fondo al problema de caja", dijo un vocero de la empresa. El viernes pasado, trabajadores de la cadena se movilizaron frente a las oficinas de Prof en reclamo por los despidos encubiertos y atrasos salariales, del aguinaldo y de los aportes patronales, entre otras cosas.

La marcha se trasladó luego hasta la Casa Rosada para dejar un petitorio dirigido al presidente Alberto Fernández, con una larga lista de reclamos.

Entre mayo y junio Garbarino tuvo 944 cheques rechazados por un total de $1.652 millones por pago a proveedores, según indica la Central de Deudores del Banco Central.

A esto habría que computar otros quebrantos, como sueldos y el alquiler de algunos locales. Un alto ejecutivo de la cadena indicó que muchos comercios cerraron, precisamente, por falta de pago.

Desde el único grupo interesado en invertir manifiestan que están desconcertados con lo que hace la compañía. "La situación es diferente a la de cuando se formalizó la oferta hace 2 meses y se agrava día a día, y nunca recibimos una respuesta, por sí o por no", señalan.

Rosales inició su carrera desde la nada. Cuando tenía 16 años era cadete de un local de "Pizza Cero", que terminó comprando. Luego, con el correr de los años, se especializó en recuperar empresas fundidas.

En 2017, ingresó como accionista principal a la aseguradora Prof y también es dueño del hotel "Don Enrique", un 5 estrellas ubicado en Misiones, y el restorán Schiaffino, en la Recoleta.
Ahora llegó el desafío más importante de su carrera: salvar a Garbarino de la desaparición.