Angel Di María sabe de definiciones de emboquillada en finales con la camiseta de la Selección Argentina.

En el Maracaná marcó un gol mellizo al que había anotado en China, en los Juegos Olímpicos de 2008, y que significó la segunda medalla de oro para el fútbol argentino, tras la conseguida en 2004.
En aquella oportunidad, Lionel Messi habilitó a Di María, quien escapó por la izquierda y encaró al arquero.

Sin ponerse nervioso, hundió el botín izquierdo en el césped y le entró bien abajo a la pelota, que viajó por encima del guardavalla nigeriano y se metió en el arco.

Iban 12 minutos del segundo tiempo y el 1-0 quedó instalado en la chapa. Después, el equipo que conducía Sergio Batista y que contaba con Riquelme, Messi y Agüero, se colgó la medalla de oro.

Esta vez, Di María apareció en el momento justo en el Maracaná. Rodrigo De Paul metió un pase profundo y dejó a Di María mano a mano con Ederson.

El 11 primero la controló con el botín izquierdo, y con la pelota picando en el área, no dudó: la tocó con tranquilidad por encima de la cabeza del arquero del Manchester City y puso el 1-0 para la Argentina en la final.

Un rato después, Di María sacó otro zurdazo desde la puerta del área. Pero la pelota se desvió en un defensor y el peligro se dispersó. Sobre el cierre del primer tiempo, en un pique por la derecha, el Fideo sintió dolor en el tobillo izquierdo y parecía una lesión grave, pero finalmente no pasó a mayores.

Nicolás González salió a calentar, pero el rosarino hizo un gesto y continuó jugando el primer tiempo.

rob