La compañía BASF anunció un acuerdo con un centro de investigación de Australia para mejorar la producción de trigo a través de nuevas variedades genéticas resistentes a sequías y determinadas enfermedades.
El programa tecnológico prevé una inversión de 18 millones de euros para los próximos 7 años.
El trigo, un cereal de invierno de fuerte tolerancia a las condiciones climáticas, es clave para la alimentación.