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28 de marzo de 2024
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Por Carlos Nasif
$ 122 mil por un caballo criollo
30 de julio de 2006
Como viene sucediendo hasta ahora en la 120 Exposición Rural de Palermo los precios de los reproductores están en buen nivel, aunque quizás lo que esté faltando es que se venda más cantidad de ejemplares. Hoy se pagó 122.000 pesos por el segundo mejor caballo Criollo de la muestra, que obtuvo el título de Reservado Gran Campeón.

Este es hasta ahora el precio más alto de esta muestra y lo compró un consorcio de criadores de la raza integrado, entre otros, por el presidente de la Rural, Luciano Miguens, su hijo; Raúl Etchebere y Carlos Dowdall.

Tras iniciar con una base de 90.000 pesos, la puja por quedar con el ejemplar de Felipe Ballester, fue creciendo en intensidad hasta que el martillo del rematador bajó por última vez en los 122.000 pesos.

El segundo valor más elevado de la subasta realizada en un predio especial de Palermo fue para el tercer mejor caballo de la muestra, de la sucesión de Julio Ballester y vendido en 80.000 pesos a la empresa Criollos del Litoral.

Con este remate comenzó la última etapa de esta muestra rural de Palermo. Aún retumban en los pasillos las repercusiones tras el acto inaugural de ayer, con la ausencia de los representantes del Gobierno y el discurso de Luciano Miguens, que recibió apoyo unánime en el ámbito del campo.

Las ventas continuarán mañana y concluirán el martes, que es el último día que está abierta la exposición. El valor alcanzado hoy por el Criollo puede ser superado por los bovinos Polled Hereford o Aberdeen Angus o el caballo de la raza Polo.

Por el excelente nivel de los reproductores que llegaron este año a Palermo se esperan que en los próximos días se den nuevas sorpresas. El año pasado el valor máximo fue 125.000 pesos que se pagó por un caballo de Polo y por un Polled Hereford.

La jornada de hoy otra vez fue multitudinaria en cuanto a las visitas recibidas. Pocos espacios estuvieron libres y la congestión del público era fácil de advertir en los paseos de comidas y en los stands, donde la gente se agolpaba.

Inclusive la misma venta de Criollos, pese a que tuvo control de acceso, fue seguida por cientos de personas.

Otra vez la pista central fue el principal imán para atraer la mayor parte del público. Con gradas repletas de gente, la Escuela de Arte de Ecuestre, de la Cabaña La República de Luján, junto con el Regimiento de Granadero a Caballo General San Martín, repitieron la evocación de una época de nuestra historia previa a la liberación de Chile y Perú.

Pero no por reiterativa dejó de perder interés o brillo. El mismo entusiasmo siguió cada acción de los jinetes y granaderos recordando de una manera especial al héroe argentino que cruzó Los Andes.

Durante todo el día hubo actividades diferentes que llamaron la atención, pese al frío que por momento se tornó insoportable. El ánimo de la gente siguió en alto y disfrutó cada actividad con intensidad y alegría.

Otro rencuentro con parte de nuestra historia fue la exhibición de carruajes, que remontó al siglo pasado, cuando la comunicación y el traslado no estaban tan avanzados y este tipo de vehículos eran trascendentales para cumplir con ese papel.

Cada paso de un carro de época fue acompañado de una explicación y comentarios, no sólo de los locutores de la Rural, sino de padres a hijos, transmitiendo conocimientos para no olvidar lo que formó parte de la historia argentina. La acción llegó, una vez más, con una prueba de volteo de caballos, que entretuvo a todos por igual, cuando ya la tarde se apagaba y miles de visitantes se mantenían en el predio atentos a cada programa para disfrutar de un día más de la fiesta del campo en la ciudad.