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Por Carlos Nasif
Inquietud ganadera que no está en estadísticas
27 de septiembre de 2007
El estancamiento del stock ganadero argentino es el tema recurrente en la producción, en los ámbitos del Estado donde un número de la ganadería puede influir y en el ambiente empresario vinculado. La actividad pecuaria es, históricamente, un tema trascendente para el país por varios motivos, pero últimamente está más que nunca en boca de todos.

Del debate que genera cómo aumentar las reservas de vientres, ahora se sumaron los cuestionamiento a un exceso en la faena de hembras, que implicaría un riesgo para el sector. Los especialistas advierten los peligros por los índices de los últimos meses y revelan que la polémica por el stock ganadero nacional sumó un nuevo capítulo.

Pero hay un tema de lo que pocos se atreven a hablar, porque no están en las estadísticas, y realmente es algo muy peligroso para el negocio cárnico: es la faena de hembras preñadas, inclusive muchas de ellas próximas a parir, que se está viendo a diario.

No son pocos los matarifes que en privado aseguran recibir hembras preñadas, pero como este dato no forma parte de los resúmenes diarios de la industria frigorífica de esto no se habla. Sin embargo, se multiplican los riesgos para el sector de un proceso de retracción de la ganadería si se mantiene esta tendencia.

Por otra parte, para el economista de la Sociedad Rural Argentina, Ernesto Ambrosetti, si se mantiene la actual situación para el sector, con los presente niveles de faena de hembras e índices productivos, en 3 años faltarán en el país 400.000 toneladas de carne, esto representa el 80 % de las actuales exportaciones anuales de carnes argentinas. Esto forma parte de un trabajo elaborado por la Rural sobre el tema.

Como la ganadería es una actividad de ciclo medio a largo, estas parámetros encienden una luz amarilla, cada vez más rojiza para la producción ganadera.

Según Ambrosetti, “aún no se puede hablar de un ciclo de liquidación de hembras, aunque estamos en un período que ya lleva cuatro meses y nos puede llevar a terminar en un ciclo, con todo lo que eso significa”. Se considera que un ciclo de liquidación se consolida cuando es constante a lo largo de un año.

Para considerarse un liquidación de hembra la faena tiene que superar el 43 % del total. Hay momentos, por ejemplo en otoño, en que el aumento de la faena de hembra es natural y se llega a niveles del 45 hasta 47 %, pero cuando esa estacionalidad se mantiene en el tiempo hay que plantearse soluciones.

El récord en la participación de hembras en la faena en los últimos 20 años fue abril de 1996, cuando el índice trepó al 49,5 %.

En varios ámbitos reconocen que el actual índice del 46 % de faena de hembras tiene a muchos preocupados, pero que un 2 % de ese índice está motivado por la sequía que afectó este año a varias zonas ganaderas del país. Por ello, los analistas sostienen que es necesario esperar un par de meses para ver el comportamiento de la industria para saber si la ganadería puede caer en una nueva crisis.

Estas preocupaciones de los analistas contrastan con otras cifras privadas del sector, que fueron adoptadas como oficiales y que encienden una nueva polémica. Los números que arrojan la vacunación contra la aftosa en el país revelan que podría haber un aumento en el stock ganadero. Se dice que actualmente se ubicaría alrededor de las 56 millones de cabezas, pero esto se contrapone con los números que refleja la faena.

La vacunación contra la fiebre aftosa es uno de los parámetros que tiene la ganadería para conocer con cierta aproximación la cantidad de cabezas de ganados existentes. Además hay otros índices que pueden ser considerados, como los del Censo Nacional Agropecuario; los de la AFIP o los del Senasa. Todos diferentes, por consiguiente todos cuestionables.

La ganadería sigue buscando su rumbo, no sólo tratando de recuperar los terrenos perdidos, sino de consolidar un proceso que la lleve al crecimiento, no al ostracismo.