19 de abril de 2024
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Por Carlos Nasif
El campo intenta recuperar la fe
6 de diciembre de 2007
En el campo saben que tienen igual cantidad de tiempo por delante como políticas similares a las aplicadas en los últimos cuatro años y por lo que sucedió en el pasado, también reconocen que el futuro no es el mejor si todo sigue igual.
El diálogo con el gobierno de Néstor Kirchner no funcionó y el contexto internacional favorable no pudo ser aprovechado plenamente por las constantes intervención en los mercados agropecuarios, las limitaciones a las exportaciones y el sostenimiento de regimenes fiscales condicionantes del desarrollo.
¿Cuáles son las señales del Gobierno? Mantiene el Secretario de Agricultura, que hizo el mayor desplante que puede recibir el sector “huyendo” de la muestra de Palermo este año y que fue considerado “doblemente traidor” por CARBAP, una de las entidades provinciales del sector.
El próximo ministro de Economía, Martín Lousteau, en una de sus primeras definiciones fija un precio máximo para la leche, reavivando el conflicto; aunque marca que el campo debe aprovechar el contexto mundial para vender valor agregado.
Dijo que el maíz hay que dárselos a las vacas para vender después la carne a un mejor precio convertido del cereal, pero Loustau no hizo referencia a la posibilidad de liberar las exportaciones cárnicas.
Desde Cancillería se intentó regionalizar las retenciones agropecuarias, sondeando a los países del MERCOSUR para que en la reunión de este mes se trate el tema de la aplicación de derechos de exportación en todos los países del bloque, algo que quedará sólo en un intento.
Es constante el temor a las intervenciones en los mercados granarios o a las famosas “listas” que dicen verse a menudo para mantener en raya los valores agropecuarios.
¿Cuál es la respuesta del sector? Han surgido dos señales que marcan tendencia. Los títulos podría ser: "La unión hace la fuerza" y "Sólo le pido a Dios". Son golpes de efecto que intentan modificar la actual relación del Gobierno con el campo.
La Asociación de Cámaras de Tecnología Agropecuaria (ACTA) tuvo una iniciativa en los festejos de fin de año, consistente en tomar una imagen de todos los referentes del sector: la producción, la industria, los periodistas, el gobierno, asociaciones solidarias, comerciantes, fueron unas decenas de personas juntas como señal de fortaleza del sector. Como idea núcleo resultó bienvenida, ahora es necesario dar otro paso para que la historia no quede detenida en esa foto.
Por otro lado Carbap vuelve a pone en práctica su devota fe con una nueva marcha a Luján. Curiosamente, hace siete años, el por entonces presidente de la entidad, Dardo Chiesa, organizaba un encuentro similar en contra de las políticas de Fernando de la Rúa y en sus declaraciones decía: "Las leyes del mercado aplicadas según la conveniencia de los poderosos están llevando a los productores al peligro de una cruel marginación". Cualquier coincidencia con la realidad no es pura coincidencia y, tal vez, hasta podrían utilizar las mismas palabras Pedro Apaolaza, presidente de Carbap, sin perder vigencia.
Los dirigentes rurales seguramente recordaron las palabras del sacerdote Carlos Pucheta, que en la marcha del 2000 instó a los productores a no perder la fe en la Virgen María, "ni siquiera en los peores momentos" y por ello vuelven a la Capital de la Fe para insistir con sus ruegos de bendición para el campo y un próspero futuro.
Con devoción, con unión, el sector agropecuario se alista para afrontar los desafíos de lidiar con un Gobierno que no será generoso en las directrices orientadas al sector. El tiempo será quien dará señales reveladoras sobre los resultados del golpe de efecto que se intentó dar para acercarse con más convicción al Poder.
El diálogo con el gobierno de Néstor Kirchner no funcionó y el contexto internacional favorable no pudo ser aprovechado plenamente por las constantes intervención en los mercados agropecuarios, las limitaciones a las exportaciones y el sostenimiento de regimenes fiscales condicionantes del desarrollo.
¿Cuáles son las señales del Gobierno? Mantiene el Secretario de Agricultura, que hizo el mayor desplante que puede recibir el sector “huyendo” de la muestra de Palermo este año y que fue considerado “doblemente traidor” por CARBAP, una de las entidades provinciales del sector.
El próximo ministro de Economía, Martín Lousteau, en una de sus primeras definiciones fija un precio máximo para la leche, reavivando el conflicto; aunque marca que el campo debe aprovechar el contexto mundial para vender valor agregado.
Dijo que el maíz hay que dárselos a las vacas para vender después la carne a un mejor precio convertido del cereal, pero Loustau no hizo referencia a la posibilidad de liberar las exportaciones cárnicas.
Desde Cancillería se intentó regionalizar las retenciones agropecuarias, sondeando a los países del MERCOSUR para que en la reunión de este mes se trate el tema de la aplicación de derechos de exportación en todos los países del bloque, algo que quedará sólo en un intento.
Es constante el temor a las intervenciones en los mercados granarios o a las famosas “listas” que dicen verse a menudo para mantener en raya los valores agropecuarios.
¿Cuál es la respuesta del sector? Han surgido dos señales que marcan tendencia. Los títulos podría ser: "La unión hace la fuerza" y "Sólo le pido a Dios". Son golpes de efecto que intentan modificar la actual relación del Gobierno con el campo.
La Asociación de Cámaras de Tecnología Agropecuaria (ACTA) tuvo una iniciativa en los festejos de fin de año, consistente en tomar una imagen de todos los referentes del sector: la producción, la industria, los periodistas, el gobierno, asociaciones solidarias, comerciantes, fueron unas decenas de personas juntas como señal de fortaleza del sector. Como idea núcleo resultó bienvenida, ahora es necesario dar otro paso para que la historia no quede detenida en esa foto.
Por otro lado Carbap vuelve a pone en práctica su devota fe con una nueva marcha a Luján. Curiosamente, hace siete años, el por entonces presidente de la entidad, Dardo Chiesa, organizaba un encuentro similar en contra de las políticas de Fernando de la Rúa y en sus declaraciones decía: "Las leyes del mercado aplicadas según la conveniencia de los poderosos están llevando a los productores al peligro de una cruel marginación". Cualquier coincidencia con la realidad no es pura coincidencia y, tal vez, hasta podrían utilizar las mismas palabras Pedro Apaolaza, presidente de Carbap, sin perder vigencia.
Los dirigentes rurales seguramente recordaron las palabras del sacerdote Carlos Pucheta, que en la marcha del 2000 instó a los productores a no perder la fe en la Virgen María, "ni siquiera en los peores momentos" y por ello vuelven a la Capital de la Fe para insistir con sus ruegos de bendición para el campo y un próspero futuro.
Con devoción, con unión, el sector agropecuario se alista para afrontar los desafíos de lidiar con un Gobierno que no será generoso en las directrices orientadas al sector. El tiempo será quien dará señales reveladoras sobre los resultados del golpe de efecto que se intentó dar para acercarse con más convicción al Poder.