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25 de abril de 2024
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Por Carlos Nasif
Retenciones móviles: más perversas para el campo
13 de marzo de 2008
El Gobierno ha dado muestra de que no piensa modificar la política agropecuaria que venía implementando el presidente Néstor Kirchner. De hecho, su esposa, Cristina, ha hecho algo que nadie se atrevió hasta ahora y que muestra una mayor perversión sobre la producción agropecuaria: aplicar retenciones móviles.

Es cierto que los precios internacionales de los alimentos están en su récord histórico y reconocen los analistas que se puede mantener así 2 o 3 años más.

Es cierto también que eso valores que se fijan a nivel mundial repercuten en el mercado interno, porque la Argentina es un país netamente productor y exportador de alimento. Así debe ser porque aquí se generan alimentos capacidad de cubrir las necesidad de 300 millones de personas y apenas somos el 15 % de esa cifra.

Pero también es verdad que nadie ha sabido encontrar la fórmula del equilibrio y finalmente se impone la Ley del más fuerte.

Llama la atención que un economista como Martín Loustau diga que las retenciones móviles dan más certidumbre que los índices fijos. De hecho la simple regla matemática revela que algo móvil es menos seguro que un valor predeterminado.

Detrás está el mensaje político del Ministro de Economía, que debe afrontar el primer paro del campo y para ningún funcionario de este planeta es una satisfacción que le hagan un paro.

Por el momento, la protesta es simbólica. Habitualmente no hay operaciones en Liniers los jueves y sólo la falta de comercialización del viernes no hará mella en los mercados. Tampoco es una temporada fuerte en venta de granos y recién comienza a venderse los insumos de la próxima campaña. Ahora, si como proponen algunas entidades, la protesta se extiende hasta el miércoles que viene, allí sí se podrá llamar paro del campo y hasta podría tener un efecto importante en la ganadería.

El aumento de retenciones a las oleaginosas se viene preanunciando de hace meses y hasta no hubiese sorprendido tanto si se fijaba un valor con el sistema anterior.
Es que el esquema móvil, no sólo resta millones de pesos a los productores, que no es poca cosa, sino que rompe el juego de los futuros y opciones, una herramienta importante en el negocio de los granos, en el que muchos hacían diferencia.

Por eso es que las retenciones móviles son más perversas, porque no sólo son medidas fiscales, sino también afectan operatorias de mercados. También este argumento explica porqué generan más incertidumbre.

El productor agropecuario, que rechaza cualquier retención, aún tiene margen como para explotar en cólera por este anuncio del Gobierno. Los precios de los granos, especialmente soja y girasol, le dan al Gobierno el aire como para implementar medidas que a las entidades agropecuarias las golpea políticamente, pero que en el corazón de la agricultura todavía no va generar zozobra económica.

Las entidades reclaman diálogo, que ya lo tuvieron en la época de Néstor Kirchner y con el actual Secretario de Agricultura. Sin embargo todo siguió igual o peor. La fórmula del equilibrio sigue sin aparecer y allí está la clave para encontrar las respuestas a los conflictos del Gobierno y el campo.