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26 de abril de 2024
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Por Carlos Nasif
Un Grito de Alcorta de la modernidad
18 de julio de 2008
La derogación de la resolución 125 del Ministerio de Economía no sólo puso final a las cuestionadas retenciones móviles, sino a un conflicto demasiado extenso. Ahora cada cual volvió a su juego y se espera el nuevo movimiento del Gobierno para saber cómo hará para responder a semejante derrota política.

En la dirigencia ya quedó claro cómo funcionan las entidades, a pesar de la Mesa de Enlace que las unió en el espanto por estos meses. La Federación Agraria ya se embaló para pedir que aún con el viejo sistema de retenciones fijas, se diferencie a los pequeños y medianos productores de los grandes grupos inversores en el pago de las retenciones; la Rural ya dio por concluido el conflicto; en CRA seguramente comenzarán los debates para decidir cómo seguir y Coninagro mantendrá un perfil más bajo.

Este conflicto entre el campo y el Gobierno rememora aquel hecho histórico del Grito de Alcorta, hace casi 100 años, en 1912, cuando pequeños agricultores reclamaban por su tierra, su trabajo y el bienestar de su familia.

No es más que suficiente recordar las palabras del abogado y periodista Francisco Negri allá por comienzos del siglo XX para hacer la comparación: "Estos hombres de campo ya no luchan para si, sino por sus hogares y por sus hijos, para que tengan la seguridad de un futuro de la que ellos carecen. Estar a su lado en esta hora debería ser la posición de todo argentino”, decía.

Y si esta frase fuera editada en cualquier medio del país, sería tal cual el reflejo de la realidad, como lo que se vivió en aquel entonces, aunque las motivaciones de los conflictos fueran bien diferentes.

Por las situaciones dadas, por el alcance del reclamo y el impacto logrado en la sociedad, este reclamo rural entró en la historia como el más importante realizado por el campo a un gobierno.

El impacto definitivo aún no puede saberse, pues ni siquiera quedaron cerradas todas las heridas para conocer el diagnostico definitivo. Quedan muchos interrogantes.

¿Cómo sigue la relación del Gobierno con el campo? ¿Qué papel va a jugar un Secretario de Agricultura totalmente ajeno al conflicto? ¿Cómo absorberá el campo esta nueva cuota de poder que tiene, al ser el único sector que pudo torcerle el brazo a los Kirchner? ¿Cómo harán los Kirchner de aquí en adelante para que una decisión del Gobierno no encuentre la misma resistencia que la del campo?

En el campo ya casi pasó el tiempo de sembrar el trigo y el que no lo hizo hasta ahora ya tendrá que esperar el 2009. Ya se piensa en la soja, el maíz o el girasol, que en dos meses estarán sembrándose con costos mayores a los del año pasado y, por ahora, con una certidumbre sobre las retenciones.

Con la derogación de la resolución 125 se recuperará una herramienta comercial para los productores: los mercados de futuro.

Las retenciones móviles eran el certificado de defunción de este tipo de operaciones, que no son muy utilizadas por los agricultores, pero que se constituyen en un seguro de precio de la cosecha.

Con la derogación de la resolución 125 se recuperó la cordura, la paz social y la posibilidad de utilizar con más asiduidad la palabra consenso, como sinónimo de construcción, el único camino para soñar con un país en desarrollo y con crecimiento equitativo a casi 200 años del nacimiento del país, a casi 100 años del Grito de Alcorta.