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Por Carlos Nasif
Razones para contradecir a un secretario
26 de junio de 2009
En las últimas semanas, el Secretario de Agricultura, Carlos Cheppi, afirmó en una recorrida por la provincia de Buenos Aires que la ganadería no estaba en crisis y sustentaba esta afirmación con el argumento de que se había mantenido el stock con una reducción de la superficie destinada a esa actividad.
Es cierto que la ganadería perdió 10 millones de hectáreas en la región pampeana y que fue arrinconada hacia el Noroeste y Norte, en tierras menos fértiles.
Todo el sector reaccionó frente a esa afirmación. Los analistas aportaron cuanto número disponían a mano para demostrar cuánto ha retrocedido uno de los sectores bases de la economía rural nacional.
Estas semana, la Asociación Argentina de Consorcios Regionales de la Argentina (Aacrea) dio a conocer un documento que amplía las referencias para explicar porqué el campo contradice al Secretario de Agricultura, Carlos Cheppi.
La nueva investigación, basada en datos entre 2005 y 2008, con proyecciones a este año, muestra una comparación del precio de la hacienda en pie, origen de todo corte cárnico, con otros productos alimenticios que acompañan el clásico asado argentino.
Mientras el precio del novillo aumentó un 26 por ciento en el Mercado de Liniers en abril de 2006 comparado con el mismo mes de este año, la lechuga y el tomate, de la ensalada, lo hicieron más del 90 por ciento; el asado en góndola, casi el 70 por ciento, lo mismo que los salarios, y la gaseosa, un 130 %.
Esta es una primera comparación. Existe otra más cruel para el campo y es el índice de faena de hembras, que limita la posibilidad de expansión de stock. Mientras que en 2005, se faeno un 36% de hembras, en cambio, en 2008, ese valor llegó al 43 %, y se proyecta para este año un porcentaje superior al 50 por ciento.
La ganadería se apoya en gran medida en tres patas: el movimiento de las hembras, el precio de los machos y la oferta de alimentos. Todos estos índices están mal y por ello, el trabajo de Aacrea de Ricardo Negri se titula “todos los indicadores de la actividad, con luz roja”.
Hay tenues esperanzas que en el segundo semestre del año se recuperen algunos valores de la ganadería. Por ejemplo, el precio del macho, que lleve a una reducción en la faena de hembras y que con la llegada de la primavera mejore la oferta de alimentos.
En el trabajo elaborado, Negri propuso algunas ideas para comenzar a mejorar la producción sin depender de factores incontrolables.
Ofreció controles eficientes de la carga y de la suplementación, con un uso adecuado de los recursos y el cumplimiento de un plan sanitario. Esto puedo ayudar a aumentar índices claves de la ganadería, como el porcentaje de preñez, el aumento diario de peso y la producción de carne por hectárea. Este es el desafío para los ganaderos en el corto plazo.
Es cierto que la ganadería perdió 10 millones de hectáreas en la región pampeana y que fue arrinconada hacia el Noroeste y Norte, en tierras menos fértiles.
Todo el sector reaccionó frente a esa afirmación. Los analistas aportaron cuanto número disponían a mano para demostrar cuánto ha retrocedido uno de los sectores bases de la economía rural nacional.
Estas semana, la Asociación Argentina de Consorcios Regionales de la Argentina (Aacrea) dio a conocer un documento que amplía las referencias para explicar porqué el campo contradice al Secretario de Agricultura, Carlos Cheppi.
La nueva investigación, basada en datos entre 2005 y 2008, con proyecciones a este año, muestra una comparación del precio de la hacienda en pie, origen de todo corte cárnico, con otros productos alimenticios que acompañan el clásico asado argentino.
Mientras el precio del novillo aumentó un 26 por ciento en el Mercado de Liniers en abril de 2006 comparado con el mismo mes de este año, la lechuga y el tomate, de la ensalada, lo hicieron más del 90 por ciento; el asado en góndola, casi el 70 por ciento, lo mismo que los salarios, y la gaseosa, un 130 %.
Esta es una primera comparación. Existe otra más cruel para el campo y es el índice de faena de hembras, que limita la posibilidad de expansión de stock. Mientras que en 2005, se faeno un 36% de hembras, en cambio, en 2008, ese valor llegó al 43 %, y se proyecta para este año un porcentaje superior al 50 por ciento.
La ganadería se apoya en gran medida en tres patas: el movimiento de las hembras, el precio de los machos y la oferta de alimentos. Todos estos índices están mal y por ello, el trabajo de Aacrea de Ricardo Negri se titula “todos los indicadores de la actividad, con luz roja”.
Hay tenues esperanzas que en el segundo semestre del año se recuperen algunos valores de la ganadería. Por ejemplo, el precio del macho, que lleve a una reducción en la faena de hembras y que con la llegada de la primavera mejore la oferta de alimentos.
En el trabajo elaborado, Negri propuso algunas ideas para comenzar a mejorar la producción sin depender de factores incontrolables.
Ofreció controles eficientes de la carga y de la suplementación, con un uso adecuado de los recursos y el cumplimiento de un plan sanitario. Esto puedo ayudar a aumentar índices claves de la ganadería, como el porcentaje de preñez, el aumento diario de peso y la producción de carne por hectárea. Este es el desafío para los ganaderos en el corto plazo.