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Por Carlos Nasif
A pesar de los remates, Palermo fue brillante
5 de agosto de 2009
Las puertas se cerraron por un año. Palermo dejó atrás una nueva versión de su muestra anual con resultados satisfactorios casi en todos los rubros.
Los remates de los reproductores que participaron de la exposición fueron la actividad final y el único punto flojo que se vio en esta exposición. Esto fue el reflejo de la crisis que atraviesa la ganadería.
Las ventas de hembras de las razas Angus y Hereford no aportaron nada nuevo a los valores, ya que se realizaron conjuntamente y tuvieron como mejor precio un Angus en 60.000 pesos. Por la Hereford, fueron la mitad.
Entre los machos de la raza Angus, el mayor valor se pagó por segundo mejor toro de la exposición, vendido en 32.000 pesos.
Ni hablar de las restantes razas, como la Holando Argentino, típica de la lechería, y que tuvo precios paupérrimos.
A la hora de las ventas se conjugaron valores bajos y pocas ofertas, dos indicativos del estancamiento en el que se encuentra el sector.
El clima de pesimismo de los criadores y los seguidores de la ganadería fue notorio. La falta de políticas del Gobierno y las pocas perspectivas de que no se supere esta situación en el corto plazo hace que se plasme el pesimismo en los negocios.
Por el resto, la Rural respondió a las expectativas desde la primera jornada. El público acompañó masivamente la exposición, con casi un millón de visitantes; la calidad y cantidad de animales estuvieron a la altura de lo que habitualmente la Argentina cuenta; la organización no tuvo fisuras y, con excepción de algunas jornadas muy fría, hasta el clima acompañó.
Las empresas con stand comerciales también fueron de la partida y acompañaron el desafío. Este año se acercaron más de un 10 por ciento comparado con el año pasado, en especial aquellas compañías vinculadas con las maquinarias.
Las repercusiones políticas estuvieron a favor de generar un clima que apunte a desarrollar y fortalecer la producción, con reclamos a favor de reducir las retenciones y promover el interior en lo social y laboral.
El titular de la Sociedad Rural Argentina, Hugo Biolcati, fue muy claro durante toda la exposición: es inaceptable que la Argentina llegue al bicentenario con pobreza o falta de alimentos, cuando el campo está en condiciones de proveer esa materia prima y miles de puestos de trabajo.
Los temores por los resultados de Palermo se fueron diluyendo día a día. La ganadería mantiene el crédito abierto en cuanto a los desarrollos genéticos. Los criadores esperan cambios para que dentro de un año, cuando todos vuelvan aquí, las ventas, en el cierre de la expo, estén a la altura del esfuerzo invertido.
Los remates de los reproductores que participaron de la exposición fueron la actividad final y el único punto flojo que se vio en esta exposición. Esto fue el reflejo de la crisis que atraviesa la ganadería.
Las ventas de hembras de las razas Angus y Hereford no aportaron nada nuevo a los valores, ya que se realizaron conjuntamente y tuvieron como mejor precio un Angus en 60.000 pesos. Por la Hereford, fueron la mitad.
Entre los machos de la raza Angus, el mayor valor se pagó por segundo mejor toro de la exposición, vendido en 32.000 pesos.
Ni hablar de las restantes razas, como la Holando Argentino, típica de la lechería, y que tuvo precios paupérrimos.
A la hora de las ventas se conjugaron valores bajos y pocas ofertas, dos indicativos del estancamiento en el que se encuentra el sector.
El clima de pesimismo de los criadores y los seguidores de la ganadería fue notorio. La falta de políticas del Gobierno y las pocas perspectivas de que no se supere esta situación en el corto plazo hace que se plasme el pesimismo en los negocios.
Por el resto, la Rural respondió a las expectativas desde la primera jornada. El público acompañó masivamente la exposición, con casi un millón de visitantes; la calidad y cantidad de animales estuvieron a la altura de lo que habitualmente la Argentina cuenta; la organización no tuvo fisuras y, con excepción de algunas jornadas muy fría, hasta el clima acompañó.
Las empresas con stand comerciales también fueron de la partida y acompañaron el desafío. Este año se acercaron más de un 10 por ciento comparado con el año pasado, en especial aquellas compañías vinculadas con las maquinarias.
Las repercusiones políticas estuvieron a favor de generar un clima que apunte a desarrollar y fortalecer la producción, con reclamos a favor de reducir las retenciones y promover el interior en lo social y laboral.
El titular de la Sociedad Rural Argentina, Hugo Biolcati, fue muy claro durante toda la exposición: es inaceptable que la Argentina llegue al bicentenario con pobreza o falta de alimentos, cuando el campo está en condiciones de proveer esa materia prima y miles de puestos de trabajo.
Los temores por los resultados de Palermo se fueron diluyendo día a día. La ganadería mantiene el crédito abierto en cuanto a los desarrollos genéticos. Los criadores esperan cambios para que dentro de un año, cuando todos vuelvan aquí, las ventas, en el cierre de la expo, estén a la altura del esfuerzo invertido.