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19 de abril de 2024
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Por José Calero
El Gobierno y el campo, en un callejón sin salida
19 de marzo de 2008
El virulento cruce entre el Gobierno y el campo alcanzó niveles estratosféricos en las últimas horas, que por ahora lo ubican en un callejón sin salida.

Las declaraciones desde uno y otro lado le hicieron un flaco favor a un conflicto de larga data, cuya raíz es el modelo económico aplicado por la Argentina desde el 2002, donde se reservó al campo un rol clave en el mantenimiento del superávit fiscal y el aporte de recursos para la acción social, vía impuestos a las exportaciones.

Pero la virulencia de las declaraciones del jefe de Gabinete, Alberto Fernández, quien dijo que si los dirigentes del campo quieren pelear, habrá pelea, llamaron la atención y trajeron preocupación sobre las consecuencias que pueda tener el conflicto.

Es que si bien antes sectores ultrakirchneristas, como el piquetero Luis D Elía, habían exagerado al advertir que irían a "buscar" a los dirigentes que hacen paro adonde estuvieran, las duras palabras de uno de los funcionarios más importantes del país reflejan que el conflicto está a un tris de salirse de cauce.

Del otro lado, los productores agropecuarios no dieron un paso atrás siquiera para tomar impulso: hablaron de "saqueo" y optaron por profundizar la medida de fuerza, haciendo caso omiso de los llamados al diálogo que se habían lanzado desde la Casa Rosada.

El titular de Confederaciones Rurales, Mario Llambías, advirtió que los productores están "muy nerviosos y molestos porque esto es un saqueo a la producción primaria", mientras que su par de la Sociedad Rural, Luciano Miguens, dijo que están esperando que el gobierno "entienda que el campo es un sector que hace al país".

En medio de estas declaraciones altisonantes, el conflicto ingresó en un callejón sin salida.

Es que el gobierno llama al diálogo pero aclara que no hará cambios en el cuestionado esquema de retenciones móviles.

Dar marcha atrás con esa medida casi obligaría al ministro Martín Lousteau a dar un paso al costado, porque es el "padre de la criatura".

Del otro lado, la dirigencia agropecuaria está presionada por las bases que le exigen un paro por tiempo indeterminado hasta forzar al gobierno a cambiar de rumbo si no quiere caer en desabastecimiento.

Ocurre que se trata del paro agropecuario más prolongado de los últimos 30 años, donde las cartas están echadas y cada jugador se muestra decidido a mantenerse en sus trece en un conflicto que se empieza a radicalizar en forma temeraria.